El viernes en la noche, cuando el presidente de la República habló a la Nación, nos acostamos con la data que el ministro de Salud Pública había transmitido, y fue su último boletín, cuando se aproximaba el fin de semana, que nos decía que el número de casos positivos de COVID-19 eran 3,755, con 196 fallecidos.

Ayer nos levantamos con la información de la misma fuente que dice que ya las personas afectadas son 4,680, y los fallecidos 226. De modo que desde el jueves al sábado, tenemos 925 nuevos enfermos y otros 30 muertos.

La gente se va acostumbrando al conteo, como si las víctimas fuesen parte de la normalidad. La realidad cruda es que cada vez muere una indeterminada cantidad que nos sugiere que la pandemia cobra fuerza. Y tememos que su dimensión es mayor a la documentada.

Una crisis como esta preocupa y necesariamente tiende a incrementar las tensiones en los ámbitos familiares, sociales, económicos y políticos. En el país sorprendió en medio de un proceso electoral para renovar la dirección del Estado, lo que le confiere un factor adicional sensible.

Aunque existe un consenso en el sentido de que las autoridades deben ejercer a plenitud la lucha contra la pandemia, es inevitable que surjan ideas o propuestas acerca de la mejor manera para asumirla, y ahí entran actores sociales, políticos, populares, religiosos y empresariales. Es decir, el conjunto de la sociedad.

Es inevitable que así sea en una democracia, que si bien concede todo el poder y la autoridad para liderar la lucha a quienes gobiernan, al mismo tiempo sugiere niveles sociales de participación, y especialmente eficiencia en el propósito.

Inquieta la autosuficiencia con que quienes gobiernan asumen sus roles, la baja capacidad de escucha y la manifiesta distancia marcada para trazar las políticas sobre la materia.

La extraña reacción, sólo después de las elecciones del 15 de marzo, la tardía disponibilidad de las pruebas de detección de la COVID-19, el crecimiento de los casos positivos y dolorosamente, las muertes, sugieren escuchar más y actuar en la proporción debida.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas