Algunos denuncian precarias condiciones en los espacios donde han sido trasladados

El jueves de la semana pasada, Antonia Pérez tuvo que esperar por casi tres horas en el Aeropuerto Internacional de Las Américas para poder ver a su hijo, Ismael, quien había llegado en un vuelo humanitario desde Miami, Estados Unidos, donde estaba varado junto a decenas de dominicanos debido a la crisis sanitaria del COVID-19.

Desafortunadamente, la espera no valió la pena. Tan solo pudo verlo a lo lejos. A pesar de que le preguntaba a los militares que estaban ahí en qué consistía el protocolo, ninguno le dio una respuesta satisfactoria.

“No había una sola autoridad que le informara con claridad a los familiares de los que llegaban al país qué protocolo seguían, o, como mínimo, qué estaba sucediendo con ellos. Vinieron y se les hizo una prueba, luego los montaron en unos autobuses, pero ni siquiera nos informaron hacia dónde se los llevaban”, reclamó Pérez.

Ante esa situación, contó que ella, al igual que familiares de otros criollos, se montaron en sus vehículos para ir tras los autobuses y así saber el destino de sus seres queridos.

“Bastaba con que se nos informara hacía dónde iban, para evitar tanta incertidumbre. Estaba muy preocupada, esas autoridades ni siquiera estaban procurando el distanciamiento social, ya que vimos que en los autobuses estaban todos pegados y sin ninguna protección”, aseguró.

Una de las situaciones que más inquietó a Pérez fue ver cómo una mujer, “que desde el aeropuerto se notaba desesperada, porque había venido con su bebé de quizás un año y no quería exponerlo mucho, aprovechó una de las paradas del autobús donde iba para sacar a su pequeño por la ventana y entregárselo a un hombre, que probablemente era algún familiar”.

Pérez explicó que, al cabo de un rato de recorrido, se dieron cuenta de que a los recién llegados se les estaba llevando a Salcedo, a uno de los centros de aislamiento que ha dispuesto el Gobierno para quienes retornan a su patria; que deberán pasar 14 días de cuarentena, y para algunos casos sospechosos y positivos; que reciben atención médica.

El espacio al que fueron trasladados no está amueblado completamente, incluso hay quienes apenas disponen de una cama sin sábanas. “Sabemos que es por poco tiempo, pero las condiciones no son las más óptimas”, expresó una joven albergada en el lugar.

Unos 126 estudiantes que llegaron al país hace un mes desde Cuba, también manifestaron su descontento por el lugar al que fueron llevados, precisamente en Villa Olímpica, Salcedo.

Además de denunciar que no se les había avisado que serían puestos en cuarentena, también hicieron saber a través de varias publicaciones en redes sociales el nivel de desorden y la suciedad que tenían algunos apartamentos.

Sin embargo, no todos los casos son así. El miércoles de la semana pasada el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Gonzalo Castillo, facilitó el retorno de los boxeadores Alberto Puello y Jeison Rosario, quienes estaban varados en Estados Unidos.

“Inmediatamente llegamos, nos hicieron pruebas. Todo salió bien. Luego de ahí nos llevaron a un centro de aislamiento en el Distrito Nacional”, contó Rosario, quien describió el ambiente donde estuvo como “adecuado”.

Igualmente, otro deportista que llegó desde El Salvador la semana pasada, el baloncestista Pascual Medrano, dijo que el lugar donde fue llevado “cuenta con todo lo necesario”. “Aunque no nos han dicho hasta cuándo debemos estar en cuarentena, el espacio está bien, no hay incomodidad”, expresó.

Proceso

En el vuelo ferry en que llegó Ismael, también vinieron 141 connacionales que salieron desde el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale, en Spirit Airlines. Previo a abordar el avión, todos los pasajeros fueron sometidos a un examen médico realizado por la doctora Mónica Dorvil-Bello, presidenta de la Asociación Dominicana de la Salud de la Florida (Dohcaf).

Asimismo, los ciudadanos dominicanos completaron un formulario sobre su historial médico, en el que además aceptaron varias disposiciones y requisitos, entre estos permanecer en cuarentena obligatoria, establecida por la Comisión de Alto Nivel para la prevención y el control del coronavirus.

Hasta el momento cerca de mil dominicanos varados en el extranjero han sido trasladados al país, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex), entidad que coordina con las embajadas y consulados de diferentes países para gestionar el retorno.

Cuando llegan al país, son recibidos por personal del Ministerio de Defensa, entidad que resguarda los centros de aislamiento, y del Ministerio de Salud Pública, quienes los entrevistan y proceden a realizarles la prueba rápida.

Según explica el doctor Jeffry Gutiérrez, esta prueba rápida consiste en medir los anticuerpos de Inmunoglobulina G (IgG) y de Inmunoglobulina M (IgM) en la sangre.

Si esta da negativo, deberán ser trasladados a alguno de los centros, que actualmente están en Santo Domingo, Santiago, Boca Chica, Jarabacoa, Hermanas Mirabal, San Francisco de Macorís, entre otros.

Si ésta da positivo, se le realiza una segunda prueba llamada RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, por siglas en inglés), que dará el diagnóstico definitivo. Esta muestra, de acuerdo con Gutiérrez, se toma con un hisopo estéril de la nasofaringe o del esputo del paciente.

“Incluso aislados, hay temor”

Una señora, albergada en un centro en el Distrito Nacional luego de haber venido de Estados Unidos hace una semana, manifestó que aunque están aislados teme contagiarse “porque supuestamente han estado trayendo personas que han dado positivo a donde estamos”. La dama, quien pidió privacidad con su identidad, declaró que “incluso aislados, hay temor. No podemos quejarnos del lugar, porque está en excelente condiciones, pero sí hay temor”.

Dominicanos que retornaron de Nueva York denuncian malas condiciones de cuarentena

Ochenta dominicanos que retornaron a la República Dominicana en un vuelo chárter, y que fueron recluidos por 14 días por motivo de cuarentena en varios apartamentos de la provincia Duarte, denunciaron las pésimas condiciones en que se encuentran.

Los dominicanos fueron llevados a apartamentos de varios edificios ubicados en el Cruce de Angelina, en San Francisco de Macorís, de la provincia Duarte, desde donde denunciaron que en el lugar no hay las condiciones mínimas para permanecer allí.

Indicaron que en las viviendas no hay agua, no les han suministrado suficiente alimentos y que muchos están sin medicamentos y sin las atenciones médicas requeridas.

Ellos llegaron en la mañana del sábado en el vuelo número 8871 de la línea aérea Delta, procedente de la ciudad de Nueva York, gestionado por el Consulado Dominicano en esa ciudad, pagando 306 dólares por el boleto aéreo.

Los denunciantes reclamaron ser trasladados y llevados a un lugar más confortable y que le suministren lo básico para permanecer durante los 14 días de cuarentena.

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