Santiago. Volar chichiguas, una opción de entretenimiento normal en cuaresma, se ha convertido en una preocupación para las autoridades, por los accidentes que han dejado niños y adultos lesionados y muertos. También son un doloroso episodio para las familias afectadas.

La práctica se ha extendido por la cuarentena del coronavirus y los accidentes han estado al asecho, debido a que muchos se suben a los techos y pierden el equilibrio y en algunas ocasiones se accidentan con los cables del tendido eléctrico.

Incluso, la Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte (Edenorte), solicitó a la ciudadanía descontinuar la práctica de volar chichiguas desde los techos de viviendas, por estar próximas a cables del tendido eléctrico. Dijo que el sistema energético se está visto afectado, causando largos apagones, debido a que las chichiguas hacen contacto con el cableado eléctrico.

La semana pasada el jefe de la policía, Ney Aldrin Bautista, durante una entrevista en el programa Esta Noche Mariasela, externó su preocupación por esta práctica, ya que se ha convertido en una de las llamadas de emergencia que reciben los organismo de socorro y seguridad del estado, lo que complica la capacidad de acción, sobre todo en estos tiempo de ocupación ante el coronavirus.

Recientemente el sacerdote Javier Báez, cura párroco de la iglesia Santa Martha y coordinador de Pastoral Juvenil de la arquidiócesis de Santiago, denunció que al menos dos niños han resultado electrocutados y otro con lesiones al caer de edificio mientras volaban chichiguas en los edificios y platos de viviendas en varios sectores de Santiago.

Una de las víctimas por electrocución es Noli Agustín, residente la comunidad la Playita, en la zona norte del municipio.

“Ellos suben supuestamente a volar chichigua, pero también lo hacen los padres y adultos para beber, fiesta y a otras cosas que Dios sabe”, expresa el sacerdote al hablar con reporteros de este periódico.

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