El alcalde de Puerto Plata pasó una semana de madre, con eso de la concentración provocada por el peregrino. Fue un aluvión de ataques, porque todo conducía a él, por los equipos de amplificación de su campaña que aparecieron durante el recorrido. Hasta se amenazó con procesarlo penalmente, por violar la emergencia. Hasta su partido salvó su imagen con una moderada censura. Ahora, con su revelación de que Walter Musa dejó una deuda de más de 110 millones de pesos, las arcas vacías, y que no hay dinero ni para comprar una escoba, pues en los últimos tres días emitió decenas de cheques por más RD$20 millones, Roquelito García salió del hoyo. La tiró.

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