Sector construcción afronta gran incertidumbre

freno casi total en la economía por el coronavirus (Covid-19) y el aislamiento preventivo obligatorio decretado por el Gobierno desde el pasado mes de marzo  ha llevado al sector construcción.

Las instituciones privadas que lo componen aseguran están listas para la reactivación en RD

El freno casi total en la economía por el coronavirus (Covid-19) y el aislamiento preventivo obligatorio decretado por el Gobierno desde el pasado mes de marzo  ha llevado al sector construcción, como a casi todos los sectores de la economía, a afrontar una gran incertidumbre.

Es un sector que ha debido realizar grandes esfuerzos para salvaguardar el empleo, la productividad y la generación de divisas, tan necesarias para el buen desenvolvimiento de la economía. Así lo plantean las  instituciones del ramo construcción, a través de un documento de prensa.

Indican que “las acertadas medidas que ha estado tomando el Estado y que, al efecto, van de la mano con las recomendaciones establecidas en los protocolos de los organismos internacionales, están dando resultados, y deben continuar hasta que se logre mejores índices de reducción en cuanto a la propagación y contagio del coronavirus.

Sin embargo, aclaran que eso no significa que los sectores productivos continúen paralizados.

“Es importante continuar con las medidas de distanciamiento social, y el estado actual de emergencia nacional mientras se hace una flexibilización escalonada de las restricciones económicas establecidas, permitiéndonos operar en un equilibrio que garantiza la reactivación económica sin debilitar la lucha contra esta pandemia”, indican.

Entre las instituciones –firmantes de un documento de prensa sobre el tema- figuran la Cámara Dominicana de la Construcción (CADOCON), el Instituto Dominicano del Concreto (INDOCON), la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas (ACOPROVI), la Asociación de Promotores y Constructores de Viviendas del Cibao (APROCOVICI), la Asociación Dominicana de Ferreteros (ASODEFE), la Asociación Dominicana del Acero (ADOACERO), la Asociación Nacional de Contratistas de Obras Civiles (ANCOCI) y la Asociación Dominicana de Productores de Cemento Portland ( ADOCEM). Sostienen que aun cuando la incertidumbre se mantiene sobre el avance del Covid-19, es el momento para que todos los operadores económicos y, por supuesto los agentes sociales, apoyen al gobierno en la lucha para superar la grave crisis sanitaria mientras se mantiene en la medida de lo posible en las actuales circunstancias, la actividad económica en el país.

Plantean que se debe dar prioridad a los sectores en función del bienestar social y valor económico que generan, pero también será fundamental considerar que sean actividades que representen un bajo riesgo de transmisión del virus Covid-19. “La industria de la construcción conjuga todos estos factores”, aseguran.

Un estudio preparado por el Instituto Mckinsey de Estados Unidos clasifica la construcción dentro del grupo de sectores con menor riesgo de transmisión y mayor relevancia económica, junto a otros como son la agropecuaria, la industria manufacturera, la minería no metálica, entre otros.

Así lo han entendido la mayoría de los países, cuyos gobiernos han manifestado claramente que la construcción debe seguir funcionando ya que es una actividad esencial de la economía, la cual contribuye a la lucha contra la pandemia. A la fecha Europa, Estado Unidos y la mayoría de Latinoamérica (Chile, Guatemala, Colombia etc.) y Puerto Rico han restablecido o nunca han detenido la construcción, permitiendo que las construcciones de viviendas y obras de infraestructura sigan su curso, para que ejerza su fundamental papel como motor de la economía, y sin excesivo riesgo de contagios.

El sector de la construcción es uno de los cinco principales sectores industriales con mayor peso específico, inversión y empleo del país, siendo además uno de los grupos que más aporta a la balanza comercial y el flujo de las exportaciones.

Es un sector fundamental para la recuperación económica del país por su gran efecto sobre una multitud de otras actividades industriales y de transporte.

 “Desde hace varias semanas hemos trabajado de manera activa y en conjunto en la elaboración de los protocolos de salud y seguridad para el sector, buscando la forma idónea para retornar a la actividad productiva en cumplimiento de todas las medidas de prevención y bioseguridad necesarias, las cuales hemos transmitido a la Comisión de Alto Nivel para la Prevención y Control del Coronavirus, ofreciéndonos a mantener y reforzar nuestra colaboración para que se clarifiquen y aprueben algunos temas en el proceso de aplicación de estos protocolos”, aseguran las organizaciones del ramo construcción.

Explican que toda la cadena de valor de la construcción, que va desde el aprovisionamiento de materias primas, la producción, el despacho, el transporte y la distribución de materiales, hasta la culminación de la obra en sí, está lista para iniciar sus operaciones, conscientes de que la salud de todos los dominicanos debe ser la prioridad por sobre todas las cosas.

“Las entidades firmantes hemos llevado a cabo además diversas acciones orientadas a la capacitación y acompañamiento a los empresarios del sector para retomar sus actividades de manera adecuada, sobre las medidas que se deben adoptar y los cambios en sus procesos y actividades que permitan garantizar el aislamiento social y la protección de sus trabajadores, plantean.

De acuerdo con las cifras que manejan, el sector construcción sustenta alrededor de 400,000 familias de manera directa a los cuales se agregan miles de personas que participan de manera indirecta en actividades inmobiliarias y de servicios a las empresas constructoras.

Desde el punto de vista planteado, la reactivación de la construcción además de no suponer un consumo de recursos públicos adicionales beneficiaría a todos los proveedores, subcontratistas y trabajadores autónomos, sin dejar de mencionar la potencial absorción del desempleo temporal de ciudadanos cuyos sectores requieren de un poco más de tiempo para su reapertura.

“Lo cierto es que por un tiempo nuestra dinámica humana y productiva cambiará; la necesidad de proteger a nuestros trabajadores, las restricciones derivadas del necesario estado de emergencia, coloca al sector de la construcción y a nuestra economía en una muy difícil situación, no solo en el corto plazo, del cual ya sentimos sus efectos, sino al largo plazo acorde al tiempo que tome relanzar nuestra economía a los niveles a que estamos acostumbrados. Estamos seguros de que una pronta apertura de la construcción nos ayudará a abrir un margen de acción más amplio para sortear los efectos de esta crisis que todos enfrentamos”, sostienen.

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