El panorama electoral sigue complejo; estrategia e imagen de los candidatos; el devastador coronavirus obliga a Gonzalo, a Abinader y a Leonel lanzarse a la calle; ¿quién será el real ganador en julio?
Estrategia, imagen, deserción, encuestas, campaña electoral “sosegada” y ruidosas proclamas políticas. El citado resumen, que da pie al lead del presente análisis, es lo que impera -en medio de la crisis sanitaria ocasionada por el devastado coronavirus- en el complejo panorama electoral que vive República Dominicana.

Debido al COVID-19, las elecciones presidenciales y congresuales, que estaban previstas para el 16 de mayo, fueron pospuestas para el 5 de julio. Esta última fecha fue aprobada por la Junta Central Electoral (JC) tras encontrar el consenso de los partidos políticos.

Respecto a la estrategia política, que forma parte de las plataformas diseñadas por los principales candidatos a la Presidencia, surgen opiniones diversas…unas se acercan a lo cierto, pero otras no se concatenan con la realidad.

Gonzalo Castillo, candidato por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ha concentrado su campaña en estar en contacto con la gente durante la pandemia. Es una estrategia organizada por sus asesores políticos, según analistas, la cual le ha dado “algunas ventajas” sobre sus principales adversarios en la contienda comicial de julio.

Los estrategas de Castillo, conscientes de que el candidato peledeísta tiene limitaciones para conceptualizar (que le impiden lidiar a nivel público con sus colegas aspirantes a la jefatura del Estado, han aprovechado la llegada del devastador coronavirus para el exministro de Obras Públicas se comunique cara a cara con los sectores más vulnerables.

El mismo programa estratégico, para presentar una potable imagen de Gonzalo Castillo, que lo lleve al seno del pueblo como un ente humanista, lo presenta como el “salvador” de los dominicanos que por la crisis del COVID-19 se han visto impedidos de regresar al país. Cientos de ciudadanos dominicanos varados en aeropuertos internacionales han sido rescatados por la empresa de aviación del candidato oficialista.

Dentro del mismo plan estratégico, la propia cúpula del PLD y la dirección de campaña mantienen a su candidato al margen de los medios de comunicación, especialmente los programa de televisión. Venden su imagen a través de los servicios que presta a la gente tras la crisis sanitaria, en las poderosas redes sociales.

Abinader y Fernández

Luis Abinader y Leonel Fernández, los más populares candidatos que presenta la oposición, igualmente prepararon sus programas estratégicos. Y desde hace poco más de mes y medio prácticamente están “a la par” con Gonzalo Castillo en lo que concierne a ser vistos como protectores de los contagiados por el coroavirus.

Abinader, candiato por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), no ha desmayado en su acercamiento con la gente y hasta un hospital donó para albergar a los contagiados. Su campaña electoral ha estado bastante dinámica.

Leonel Fernández, aspirante por el recién creado partido Fuerza del Pueblo (FP) y del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), en principio se mantuvo activo, pero a través de los programas de televisión, reuniones a distancia por las redes sociales, pero también en conferencias virtuales con la participación de diferentes sectores de la sociedad, eventos en los que ha demostrado su experiencia de estadista (tres veces al frente del Estado).

Sin embargo, los jefes de la campaña electoral de la FP, y el propio líder de esa organización, activaron su estrategia que consistió en que Fernández saliera a la calle y se “codeara” con sus seguidores y con la gente afectada por la pandemia. ¡Y ahí ha estado el ex presidente de la República, prestando auxilio a los más necesitados!

Las encuestas también entran en la “jugada electoral”

Presentar, mediante encuestas, a los posibles ganadores de las elecciones es otro elemento que los analistas y politólogos locales evalúan para finalmente emitir un criterio acabado respecto a quién, realmente, será favorecido con el voto mayoritario y que lo llevará directo al Solio Presidencial el 16 de agosto.

Observan, asimismo, que a menos de dos meses de la consulta comicial han llegado a los medios noticiosos numerosas encuestas, las cuales, según los ejecutivos de las compañías que las realizan, miden la popularidad de los principales candidatos a la jefatura del Estado.

A veces las encuestas son vistas con algún tinte de maquillaje. Pero hay serias que obedecen a la realidad, que reflejan el sentir de la sociedad.

Los analistas reconocen que, según dice la mayoría de encuestas, “Luis Abinader es el candidato a ganar” y algunas afirman que el candidato del PRM ganaría las elecciones del cinco de julio “en primera vuelta”. Varios de esos mismos sondeos colocan a Gonzalo Castillo en segundo lugar, aunque otras, por sus mediciones, aseguran todo lo contrario: “Que es Leonel Fernández quien, en una primera vuelta, ocuparía la segunda casilla.

Las encuestas políticas, en un sistema democrático como el que norma a República Dominicana, son consideradas como un termómetro electoral del momento. Pero si esas encuestas se realizan con verdadero criterio profesional (científico e incuestionable) tendrían la credibilidad de los votantes… ¡y de los mismos medios de comunicación!

Al final de la jornada electoral, habrá encuestas derrumbadas, que se irán al piso, y sus organizadores maliciosos quedarán desacreditados, pero los ejecutivos diseñadores de encuestas serias, objetivas y apegadas a la realidad se ganarán el merecido prestigio de la población y la prensa.

Debate

En un momento como el actual, en el cual ni siquiera las encuestas permiten percibir lo que podrían ser los resultados electorales, un debate entre los principales candidatos se convierte en una oportunidad para deslindar los campos.

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