En definitiva, ¿qué pasará el cinco de julio, el tan esperado día pautado para celebrar las elecciones presidenciales y congresuales y que ocasionará la elección del próximo Presidente de la República?
Ofrecer la respuesta no es tan fácil como creen algunas personas, especialmente las que están en el “seno” de su candidato favorito, a quien consideran que “va a ganar, sin mayores dificultades” la consulta electoral de julio y juramentarse como mandatario el próximo 16 de agosto.

En esta tribuna, sin andar con rodeos ni mediatintas, he escrito que las más recientes encuestas, publicadas en los medios noticiosos -incluso sin pasarlas por un “cedazo” de credibilidad-, aseguran, desde ya, que “hay un claro ganador”. Un claro ganador, precisan algunas de esas encuestas, ¡hasta en la primera vuelta”!

En este artículo, porque no es mi intención entrar -sobre ese aspecto- en disquisiciones, no tengo que citar ningún nombre de algún aspirante a la jefatura de Estado que aparezca como favorito en los referidos sondeos políticos-electorales.

Pero tampoco exponer que de los tres principales candidatos al Solio Presidencial (Luis Abinader, Leonel Fernández y Gonzalo Castillo) dos de ellos son los que “tienen más posibilidades” de salir airoso en los comicios de julio. Por el momento no es el propósito de quien escribe. Claro, en otro trabajo evaluaré este importante aspecto.

Mientras tanto opino y debo escribirlo en función de la responsabilidad profesional que debe caracterizar a un periodista que se crea independiente, que en lo que se observa en el presente panorama electoral es que ninguno de los tres principales aspirantes a Presidencia gana en la primera vuelta.

Si así ocurre -y es mi pronóstico- entonces el 26 del mismo julio habrá que ir a una segunda fase la que determinará, por mayoría simple de votos, quién se alzará con la victoria en segunda vuelta.

Otro elemento que hay que analizar es el concerniente a las deserciones. Hablo de las cientos de dirigentes políticos, de diferentes partidos, que han cambiado de organizaciones.
Castillo, Abinader y Fernández, desde distintas perspectivas, aseguran que a los partidos de los que son candidatos a la Presidencia han llegado nuevos militantes que fortalecen sus plataformas electorales. Pero, las anunciadas deserciones que llegan a otras parcelas políticas, ¿podrían ser decisorias en la ganancia de las elecciones de julio?

Obviando ese aspecto, ratifico que será en una segunda vuelta donde se decidirá el ganador de las elecciones.

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