Advertencia: esta columna es no apta para los llamados “milennials” (que, salvo algunas excepciones, no entienden a los “viejos” que nunca seremos viejos)…Y entonces digo que hay muchas cosas qué hacer en la prisión domiciliaria en que vivimos muchos en este país cuarentenario: jugar dominó (aunque te maten el doble 6); ver películas hasta quedar dormido dándole mente a la última diva (o divo); leer, leer y leer…Pero bien puedes también dedicar un día, como ayer lo hice, a escuchar a Marco Antonio Muñiz y Toña La Negra. (Estoy seguro de que, si lo hicieras, celebrarías Covid-19, aunque te llamen maldito loco).

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