No sé si te ha pasado, donde una familia te invita a cenar y entras en apuros, ya que la misma está basada en carnes, por ejemplo, sin embargo, estás en abstinencia de esta por razones de salud y eres el invitado especial. Como es natural en cualquier individuo en tu posición, genera una respuesta de ansiedad, ya que cómo decir no ante algo que es preparado para ti.

Es un escenario aparentemente sencillo, pero el que está en el zapato que no quiere ser desagradable ni maleducado tiene que sacar de forma inmediata una respuesta conductual que no lacere y ponga en aprietos al anfitrión, que en amor te lleva a la intimidad de su hogar. Es aquí donde entra la autenticidad en la relación con los amigos y respuestas genuinas en la interacción interpersonal con los seres queridos, delante de los cuales se “entiende” nos manejamos sin caretas ni dobleces. Esto último, hace completamente inoperante todas las sensaciones y emociones descritas al inicio de este ejemplo. Lo que implica lo indispensable de aspirar a poder vivir de la forma más auténtica posible empezando dentro del entorno de nuestros hogares, con nuestros hijos, a los cuales debemos ensañarles, cónyuges y con el entorno próximo de amigos, personas cercanas, compañeros de trabajo. Lo que conllevaría a un manejo cotidiano de menor estrés, ocasionado precisamente por lo que considero como una de las pérdidas de la sociedad moderna, y es ser persona, tal cual eres, con lo que tienes o no tienes, sin entrar en competencia con nadie.

Ser auténtico, especialmente con los amigos, y no me puedo callar repitiendo esto, a los cuales se les envía a veces día tras día mensajes vía redes sociales a través de los cuales informamos una vida en ocasiones completamente antagónica a la realidad, y si no tratando de disimular completamente lo que en realidad se está viviendo, como es la vida, con alta y bajas, alegrías y tristezas, abundancia y escases.

Momento perfecto donde hay mayor cantidad de tiempo para hacer un autoanálisis, el cual permita encontrar cuál es la verdadera esencia de la vida, evaluando hasta dónde merece la pena luchar permanentemente con una realidad que en el interior de mi mente distorsiono, provoca autoengaño y trasmitiéndolo a los demás, empezando por los que comparten dentro del hogar. Preguntarse para sí: ¿Quién soy? ¿Qué quiero ser? ¿A quiénes me interesa tener?

Posted in Mi Tiempo

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas