La pandemia del covid-19, como se trató con perspectiva sanitaria, encerrar la población en sus casas y parar la economía para evitar propagación del altamente contagioso virus, como se hizo en China, foco original del virus, ha traído consigo una crisis económica y por tanto social. Millones han perdido su empleo, empresas han quebrado y los déficits estatales se han disparado porque muchos dependen ahora de subsidios gubernamentales, un tétrico panorama global. Por eso es sumamente esperanzadora la optimista posición de la nueva directora del Fondo Monetario Internacional, la búlgara Kristalina Georgieva, quien sostiene que habrá crisis profunda, sí, pero de corto plazo, descartando depresión económica, lo que atribuye a la inmediata intervención gubernamental. Esa perspectiva de Georgieva conforta y mucho.

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