La pandemia por el coronavirus ha impactado todo, y en muchos casos ha sacado a flote dramas y padecimientos, de los cuales hemos vivido de espaldas.
Cuando se anunciaron los primeros casos de la COVID-19 y se desataron las alertas, los responsables de algunas instituciones pintaron panoramas idílicos, como los hogares donde se les da acogida a ancianos. Era un estado que muchos apenas entendían, pero se decían: qué bueno, que así sea, que esos centros están resguardados por medidas de protección, con los suministros suficientes.

Los ancianos o los adultos mayores, están entre los grupos poblacionales de altísimo riesgo, muy vulnerables al coronavirus. La letalidad entre ellos es una fatalidad, generalmente les provoca la muerte.

Al correr de los días se descubre que aquello no era del todo cierto, y que están expuestos a limitaciones y escaseces, con alta dependencia de donaciones y ayudas de terceros.

Las muertes provocadas por la COVID-19 delatan la realidad de esas instituciones, sea por lo ocurrido en Cotuí, o por lo que se desarrolla en el asilo San Francisco de Asís en el Distrito Nacional.

Fue sorprendente cómo la directora del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape) concluyó responsabilizando al personal médico por las pérdidas humanas en ese establecimiento. La acusación, chocante, fue respondida ayer por el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), que no solamente la rechaza, sino que ha pedido su destitución.

Lo cierto es, al margen de las acusaciones, que algo no anda bien. Hay problemas. Es verdad que estamos en medio de una pandemia, y dada la vulnerabilidad de los ancianos, son susceptibles a enfermarse.

Sin embargo, si estuvieran dadas las condiciones adecuadas, no tendríamos que lamentar estas situaciones, y que hayan muerto 14 personas en un solo centro.

La solución planteada por el Conape ha sido cancelar a todo el personal médico, pero no deja de ser un riesgo, toda vez que contratar de golpe todo ese recurso humano puede tomar tiempo.
Un tema tan sensible debe ser abordado con urgencia, pero con mucho cuidado.

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