Miami. El estado de Florida superó ayer los 200,000 casos confirmados de la COVID-19 al agregarle en las últimas 24 horas 10.059 y se enfrenta a dos semanas críticas en los hospitales, que pueden rebasar su capacidad si no se logra detener su propagación.

Tras un récord diario de casos este sábado, con 11,458, que casi eclipsa el de Nueva York de abril pasado (11,571), Florida se mantiene como uno de los nuevos focos del contagio en Estados Unidos.

Desde el pasado 1 de marzo 3,731 personas han muerto de la COVID-19 en Florida (29 más que el sábado) y 200,111 se han contagiado del nuevo coronavirus, según las cifras divulgadas este domingo por el Departamento de Salud estatal.

El alza en el condado Miami-Dade, el séptimo en el país con más casos, según la Universidad Johns Hopkins, sigue superando los 2,000 casos diarios, con 2,418 más el sábado y 2,282 este domingo, mientras que las muertes llegaron a las 1,043 en total.

Ante el “alarmante” incremento, el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, mantiene un toque de queda por ahora indefinido, de 10 de la noche a 6 de la mañana, y tiene sus playas cerradas durante este fin de semana festivo de 4 de Julio, incluyendo el lunes.

El condado vecino de Broward tuvo este domingo su propio récord de casos diarios, con 1,664 en las últimas 24 horas, para un total de 21,239 y 411 fallecimientos, mientras que el de Palm Beach llegó a los 16,836 pacientes positivos y las 542 muertes.

Estos tres condados del sureste decretaron el cierre de playas durante este fin de semana festivo para tratar de frenar la propagación de la COVID-19, que ha estado de récord en récord de casos diarios en Florida, el anterior, el jueves pasado, con 10.109.

Ante el incremento récord, la congresista Debbie Mucarsell-Powell hizo este fin de semana un nuevo llamado al gobernador Ron DeSantis a ordenar el uso obligatorio de máscara.

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