Las elecciones pasadas parecerían cerrar un ciclo de la vida dominicana, pero no es así. Apenas marcan una nueva etapa en una dramática situación que nadie sabe cuándo terminará.

El presidente electo Luis Abinader y su acompañante en la Vicepresidencia Raquel Peña, tienen ante sí grandes retos, todos bajo el manto oscuro que representa el coronavirus que cada día arrasa con la vida de muchos dominicanos.

La economía bajo el influjo de la pandemia decrecerá este año. Con los gastos a consecuencia de la pandemia, la parálisis económica y la dimensión de los subsidios y ayudas desembolsados, el déficit público se ha acentuado. El más serio problema es el financiamiento de las actividades que habrá de acometer la nueva administración. Tendrán que sacar dinero de dónde no hay, y habrá que pensar en inevitables financiamientos, y en algún momento, en un ajuste fiscal.

En consecuencia, las visiones y planes del equipo que acaba de ganar las elecciones, tendrán que ser ajustados en atención a esta dramática realidad.

Al mismo tiempo, las autoridades en ejercicio deben obrar con mucho más cautela a la luz de la nueva situación. Los gastos deben ser muy bien pensados.

Para eso, el equipo que asumirá el 16 de agosto requerirá todas las informaciones de rigor sobre el estado del gobierno: las finanzas públicas y las disponibilidades. El curso de los diferentes planes y programas, con una atención especial en la salud pública, el desempeño económico y la perspectiva del año escolar que ha de iniciarse en fecha incierta, sea en la modalidad virtual, presencial o mixta. En fin, todo lo que es el ejercicio de la gestión pública desde ahora debe ser comunicado con todos los detalles a quienes serán investidos en los próximos días.

Por eso, hace bien el presidente Danilo Medina en designar mediante decreto 238-20, la Comisión de Transición Gubernamental encabezada por el ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo.

El presidente electo Luis Abinader Corona debe constituir prontamente una comisión contraparte para trabajar de manera conjunta con la Comisión de Transición Gubernamental.

El tiempo apremia. La transición es corta y los problemas demasiado grandes. Deben empezar a trabajar con determinación para enfrentarlos y aliviar la triste situación de los dominicanos.

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