El presidente electo, Luis Abinader Corona, asumirá el poder en medio de una crisis con pocos precedentes en el país, sobre todo, por los problemas generados en la Economía, Salud, Educación, Justicia y Empleo, a causa de la pandemia y la corrupción generalizada.
Sin embargo, Abinader Corona reúne los méritos requeridos para sacar a flote la nación, toda vez que procede de una familia cuya honra es marcada, tiene dinero y no necesita llenarse los bolsillos con el erario, capacidad gerencial y, ha dejado claro que tiene voluntad política.
Siendo así, estamos en la certeza de que no faltarán los esfuerzos para recobrar los recursos sustraídos a la nación, poner en causa a los responsables, redireccionar el sistema de salud para crear estructuras funcionales para las amenazas epidémicas y enfermedades catastróficas, poniendo en marcha un verdadero programa preventivo.
El control migratorio, recobrar la imagen y la buena reputación del país, salvar los recursos naturales y devolver la honradez y garantía en el manejo de los bienes del Estado y los intereses nacionales, porque como dominicanos, estamos hartos de tantos engaños.
Sabemos que escogerá con certeza, aunque tenga que recurrir a la linterna de Diógenes, a los hombres y mujeres que regirán la cosa pública y, por fin, dejar de ser “un país rico, pobremente administrado”, para recobrar la paz perdida y los valores humanos extinguidos por gestiones angurriosas, néspotas y egoístas del pasado.
El sector turismo, los deportes y la correcta utilización de los recursos del 4% del Presupuesto asignado a Educación, deben tener prioridad en la agenda del nuevo mandatario, porque la educación es la base fundamental del desarrollo y crecimiento consciente de los pueblos.
Pensamos que es mucho exigir, pero antes de felicitar a las autoridades escogidas, es bueno recordar que las naciones están despertando y aprendiendo a medir bien a sus gobernantes.
Esperamos lo mejor de Luis Abinader Corona y sabemos que no defraudará a su país. ¡Enhorabuena!
