El bolero dominicano de 1930 a 1960 (continuación)

Oriundo de Santiago de los Caballeros, Moisés Zouain es un innato compositor de canciones con significativo contenido poético y un muy elegante diseño musical. Los boleros ‘Romance bajo la luna’, ‘Serrana’ y ‘Egoísmo’ expresan su aliento como creador de algunos de los temas románticos más sugerentes del repertorio dominicano.

El bolero moruno ‘Egoísmo’ fue grabado por Lope Balaguer, Milagros Lanty, el colombiano Víctor Hugo Ayala y por el crooner puertorriqueño Gilberto Monroig. El bolero ‘Romance bajo la luna’ (grabada, entre otros, por el mexicano Fernando Fernández y los dominicanos Lope Balaguer y Expedy Pou) irradia un desarrollo melódico y armónico de gran impulso, y caracteriza una de las más hermosas composiciones dominicanas escritas en el período 1940-60:

“Qué raro es tu mirar bajo la luna. /Su lumbre y tus pupilas van rimando. /Y el mar va formando encajes de blanca espuma / y yo a ti te estoy queriendo como a ninguna. /Paisaje hecho de luz, de amor y besos. /Sonrisas que me brinda tu querer. /Ternura de la luna, aliento de tu ser / es cuanto yo pretendo merecer”.

Las canciones de Zouain fueron llevadas al disco, además, por Arístides lncháustegui, Francis Santana, Alcibíades Sánchez, Casandra Damirón, Rafael Colón, Camboy Estévez, Henry Ely y Niní Cáffaro.

Manuel Sánchez Acosta (1914-2006)
A finales del decenio de los 30 y en el inicio de los 40 aparece la música de Manuel Sánchez Acosta. Este médico y compositor, nacido en Santiago y arraigado tempranamente en La Vega, se anticipa a todos los músicos del país y escribe acaso los primeros boleros dominicanos con reflejos de modernidad: ‘Paraíso soñado’ (compuesto en 1938), ‘Ven’, ‘A primera vista’ y ‘Maribel’.

Músico desde temprana edad, tocó la batería en la orquesta de su tío ‘Dindín’ Acosta, en La Vega. En Sánchez Acosta se asoma la influencia de la sintaxis musical norteamericana: melodías despejadas, consonancias abiertas y de gran aliento, el empleo del ‘tempo rubato’ (significa ‘tiempo robado’ en italiano, y se refiere a anticipaciones y retrasos en el desarrollo melódico respecto al pulso del acompañamiento) y un pensamiento armónico con innovaciones y mudanzas que se avecinan a los temas de Porter, Berlin, Kern, Carmichael y Gershwin.

Sánchez Acosta fue, además, compositor de merengues como ‘Papá Bocó’ (con letra de Negrito Chapuseaux), ‘El ají caribe’ y ‘El zumbador’. Su música fue grabada por innumerables cantantes nacionales y extranjeros: Alberto Beltrán, Rafael Colón, Lope Balaguer, Francis Santana, Rhina Ramírez, Angel Viloria y su Conjunto Típico Cibaeño, Frank Cruz, Dioris Valladares, Félix del Rosario y los Magos del Ritmo, Silvia de Grasse, Negrito Chapuseaux y Simó Damirón, Vicentico Valdez, Tito Rodríguez, Rolando Laserie, Danny Rivera, Joe Valle, Billo Frómeta y su orquesta, Virginia López, así como por el laureado compositor e instrumentista griego Vangelis.

Juan Lockward (1915-2006)
Creemos no exagerar al decir que todo el bolero dominicano de los años 40 y 50 cabe en el ancho espacio poético y musical que despejan las fértiles canciones de Juan Lockward, el “trovador de la media voz”. Dueño de gran donaire, con una prosa concisa y gallarda, le canta él a la patria chica: Puerto Plata:
“Yo nací en la falda de la loma. /Yo
nací a la orilla de la mar. /Me arrullaron las cándidas palomas /el cantar de un arroyuelo /y la brisa de un palmar”.
O retoza en la dócil campiña del Cibao:
“Fértil región de las palmas/ del café y del cacao, /que Dios bendiga mil veces esta tierra del Cibao”.
O implora al ardor humilde de la tez oscura:
“Alumbra mi camino con tu mirar divino, morena. /Pon fin a mi locura, /arranca mi amargura y mi pena. /Restáñame la herida con que la vida me ha castigado. /Y ayúdame a olvidar, /que tanto he sollozado que quiero descansar”.

O describe los conflictos del amor furtivo:

“Qué dilema tan grande se presenta en mi vida. /Ella tiene otro hombre y yo otra mujer. /Ella dice que me ama con pasión desmedida, /y yo le amo con todas la fuerzas de mi ser. /Señor, ¿cómo podré resolver, /señor, este dilema tan cruel? /Señor, ¿qué debo hacer? / Ella dice que mía solamente quiere ser”.

Lockward es un poeta y un músico espontáneo, a quien le suenan gratamente las melodías y las palabras, y en cuyo numen el pueblo subyugado encontró motivos y satisfacciones abundantes.
Intuitivo, autodidacta, sus influencias musicales y literarias son claras: Guty Cárdenas, Sindo Garay, Agustín Lara, su padre ‘Danda’ Lockward, el decimero, los poetas románticos.

A juicio nuestro, Juan Lockward compendia todas las virtudes y limitaciones de nuestra música romántica popular hasta el colofón de la dictadura trujillista. Su obra fue grabada por numerosos cantantes y agrupaciones musicales del país (Guarionex Aquino, Lope Balaguer, Cecilia García, el Trío Los Juglares, Luis Vásquez, Rafael Martínez, Niní Cáffaro, Rafael Colón, Fausto Rey, Rafael Solano). El trío Los Panchos popularizó la canción ‘Dilema’ en el decenio de los 50.

En una hipérbole que dice mucho, tanto del autor como del objeto de la lisonja, el poeta Héctor J. Díaz, cómplice de Lockward en numerosas criollas y canciones, dice de él lo siguiente:

“Una mezcla espiritual de Quijote, de Tenorio y de Cellini; canta, pinta y expresa sus sentimientos transportando al oyente al más increíble escenario o al más imposible y taumaturgo cuento de Lohengrin o del Hada Parí Banú”.

(*) Este ensayo fue publicado en diciembre del 2005, como parte del libro “El Bolero: Visiones y perfiles de una pasión dominicana”, dentro de la Colección Cultural Codetel. El autor se ha permitido actualizar y modificar algunos apartados del texto original.

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