Durante la campaña electoral el equipo de Luis Abinader invirtió en llegar a los electores a través de las redes sociales. Entre los candidatos fue el único que concentró parte de sus esfuerzos comunicacionales en generar interacción con los usuarios de Twitter, Instagram y Facebook.
Su participación en el entorno digital llegó unida a la articulación de su discurso con las demandas sociales de los últimos meses. Junto a otras variables, el cambio de enfoque de su comunicación le permitió erigirse como ganador en los comicios.

Para el consultor en comunicación, Mario Riorda, el aporte de la política 2.0 a la comunicación más clásica es la microsegmentación en campaña. Desde su perspectiva, esto le permite saber a quién llegar y cómo.

La simpatía generada por Luis entre los “popi” y sus ramificaciones puede ser tema para otra reflexión. Entre tanto, posibilita la comprensión de lo expresado por Riorda.

El relato del cambio tuvo eco entre los electores, quienes lo movilizaron de las pantallas a las urnas.

Tan pronto finalizó la contienda electoral las redes de Luis dieron un giro. Pasaron del clima combativo al de conversación. Y priorizó cuatro enfoques que al parecer dictarán su comunicación digital:

Mensajes de carácter emocional

Invitan a la gente a arrimar su hombro ante la crisis. Resaltan valores familiares, patrios o personales. También anuncian sobre actitudes que se adoptarán en la gestión pública.

@LuisAbinader en Twitter: “A lo único que debemos temer es al miedo mismo, porque después de la noche más oscura sale el amanecer más radiante. Y así será en nuestra querida República.” 15 de Julio, 2020.

Enlace al tweet:

Interacciones con otros usuarios

Tal como lo hizo en campaña, Abinader mantiene interacciones con los usuarios. Sobre todo en Twitter, es posible encontrarse con retuis o respuestas a tuits de ciertos perfiles.

Las reacciones no son al azar. Responden al tipo de mensaje o cuenta que lo emita. Por citar uno, en los días siguientes a las elecciones Lucienne Carlo escribió, en broma, que había sido una de las primeras en felicitarle y que a todo el mundo le contestaba menos a ella.

El 13 de julio desde la cuenta de Twitter de Abinader se publicó una respuesta. Básicamente le agradecía también a ella y citaba la frase de La Biblia “Los últimos serán los primeros”.

Enlace al tweet:

Con todo, este es uno de los focos más débiles de la estrategia digital de Abinader. Para establecer un quiebre real en el modo de hacer comunicación gubernamental hace falta mayor interacción o cercanía.

Tuits en formato crónica

Por lo general informan de visitas realizadas o acciones que estén sucediendo.

Ejemplos de este tipo fueron los tuits sobre el primer encuentro con el presidente Danilo Medina y la comisión de transición, el recorrido por las instalaciones del Ministerio de Defensa o la recepción de los certificados validados por la Asamblea Nacional en los que se les acredita a él y Raquel Peña como presidente y vicepresidenta de la República.

Junto a los mensajes de interacción estos generan la percepción de que las audiencias participan de las gestiones. Aunque pueden fortalecerse, se logra percibir la actividad constante, incluso durante la transición tan atípica que vive el país por la pandemia.

Mensajes de decisiones de Estado

A solo días de las elecciones Abinader dio muestras de que una de las acciones comunicacionales de su gestión sería el uso de las redes sociales de forma activa. Lo hizo con el tuitt en el que designaba la comisión de transición. Con los primeros anuncios de designaciones a puestos en su gabinete consolidó esta pauta.

En la ciudadanía ya hay quienes permanecen a la espera de los próximos anuncios. La expectativa y el impacto de informaciones como la disolución de la Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE) permiten testear hacia dónde dirigir la comunicación en momentos de menor consenso.

El resto de sus mensajes van en la dirección de las coyunturas: felicitaciones, agradecimientos, pésames. Las categorías de sus publicaciones permiten identificar cierto carácter integral en el modo de llevar las redes.

Esta práctica ya le dio resultado a otros gobernantes. Y hoy se extiende más que nunca en la comunicación política del continente. En 2015 más del 97% de los gobiernos latinoamericanos tenían una cuenta en redes sociales, según el estudio “El Gobernauta Latinoamericano: Estudio del Perfil de los Gobernantes Latinoamericanos en Redes Sociales” del Banco Interamericano de Desarrollo. Y en momentos en los que el país forma parte de la Red de Gobierno Abierto que agrupa a estados de Latinoamérica y el Caribe, la participación de Abinader en las redes sociales adquiere mayor pertinencia.

De acuerdo con Luis Sarmiento, los gobiernos entienden las redes sociales como un medio alternativo ideal para difundir las políticas públicas, mantener un contacto directo con la ciudadanía y generar agenda ante los medios de comunicación tradicionales. Podemos agregar que también permiten aplicarlas como herramienta de medición.

Hay que esperar cuál será el giro que tendrán las cuentas de Presidencia y de Abinader a partir del 16 de agosto. Asimismo, queda observar el discurso y el registro que asumirán.

Todavía se perciben rastros de la comunicación electoral. Suele ser la nota discordante en el ejercicio comunicacional de las nuevas gestiones de gobierno. Pero este es tema para otra reflexión.

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