Un filme fuera de serie que encuentras con ese título en Netflix –que por cierto, está entrando en una nueva etapa al coproducir este tipo de filmes de altísima calidad y estrenarlos fuera de salas de cine–. Basado en hechos reales acaecidos en el 2009, el filme traduce lo que es la realidad de los derechos humanos en la Italia actual -que tal parece no cambiará debido a que continúan muriendo presos en manos de la policía y ya detenidos con una media de entre 100 y 150 por año-. Pues bien, es el relato de un joven perteneciente a la clase media, ex drogadicto que es apresado por la policía y muere bajo custodia –no es spoiler pues el filme se ocupa de construir una efectiva mise-en-scène mediante la ironía dramática (pues sabemos desde inicio que el protagonista muere). Lo trascendental es ver el doloroso calvario de un detenido quien preso del miedo a sus captores calla el maltrato policial simplemente porque sabe, como lo saben todos, que el cuerpo policial de carabineros es una casta cuyos miembros se tapan sus vilezas. También logra retratar el lado sombrío del sistema judicial italiano, que irónicamente aún se ocupa de desentrañar lo sucedido. La presentación de la historia es sabia cuando no presenta el momento de los golpes que le da la policía, así hace elipsis en los que nos presenta el resultado de la brutalidad y más aún sentimos sus efectos cuando vamos entendiendo la actitud del joven en momentos en que otros policías y médicos lo examinan y le preguntan por los obvios moretones en su cuerpo y su queja del dolor creciente, y que solamente reclama que le devuelvan sus pastillas para la epilepsia. El guion y la dirección se ocupan de llevar la historia de maldades que vivió el joven en sus últimos días. La formidable actuación de Alessandro Borghi, logra transmitirnos una inenarrable sensación de angustia, probablemente la misma que padeció Stefano Cucchi, el joven asesinado a golpes; en ese sentido vamos siendo presos del desasosiego que da vivir cercanos a grupos policiales rufianes que nos llenan de impotencia, vergüenza y sufrimiento. El sublime trabajo actoral le rindió premio en el festival de Venecia 2018 que también premió al filme y al director. La forma en cómo evoluciona (o involuciona, si visto desde otro punto) el personaje en su viacrucis es funcional al acentuar su metamorfosis deplorable. Sulla mia pelle es su título original.

HHHHH Género: Triller carcelario. Duración: 100 minutos.

Posted in Crítica Cine

Más de cultura

Más leídas de cultura

Las Más leídas