El presidente Luis Abinader se presentó ayer ante la Nación de la manera más sensata: no trajo un furgón de promesas, de proyectos ni grandes realizaciones. Dijo que el discurso no sería un programa de gobierno, ni un listado de obras. Sencillamente, expresó su determinación de encarar la COVID-19, tratar de recuperar la economía, trabajar para iniciar el año escolar e impulsar iniciativas puntuales. Es el reconocimiento del momento en que asume el poder.

“Ofrezco trabajo y diálogo ilimitado para, entre todos, salir adelante más fuertes, más unidos y cargados de esperanza”, dijo, luego de anunciar que en los próximos días convocará a un diálogo plural para encarar la situación. Y reafirmó su voluntad de realizar los “cambios urgentes” que demanda la sociedad.

Después de enumerar las acciones que piensa realizar para detener la COVID-19, con la esperanza de que llegue una vacuna, a la cual promete acceso universal, proclamó que no permitirá el colapso del sistema sanitario.

Comprensivo del alcance de la crisis, pronosticó que vienen meses de sacrificio, pero se empeñará en crear las condiciones para reactivar la producción y recuperar los empleos. Presentó seis iniciativas con las cuales piensa dar impulso a la economía, y tres obras fundamentales mediante alianzas público-privadas: la autopista del Ámbar, el desarrollo turístico de Pedernales y el Puerto de Manzanillo.

Su mayor énfasis, y fue la parte final de su mensaje, lo puso en la necesidad de prevenir y evitar la corrupción, que ha hecho tanto daño a los dominicanos, con lo que fue coherente con su discurso de campaña.

“En el gobierno que iniciamos hoy, no se permitirá, bajo ningún concepto, que la corrupción del pasado quede impune. El que robó dinero del pueblo, tiene necesariamente que pagar en la justicia por sus actos”.

Y advirtió a “los nuevos funcionarios”, a su propio equipo, que no tolerará “ningún acto de indelicadeza y mucho menos de corrupción”.

“El funcionario que se equivoque con el dinero del pueblo, será inmediatamente destituido y puesto a disposición de la justicia. Estamos convencidos de que la corrupción de arriba incentiva la de abajo, que es la delincuencia, que se traduce en inseguridad.”

Abinader promete disciplina, trabajo y compromiso, y rechaza las falsas promesas. Respaldemos su determinación.

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