El conocido empresario habla con elCaribe sobre su elección al Pabellón de la Fama del deporte dominicano

Jugó fútbol americano, baloncesto, béisbol, softbol y tenis de mesa. Aguilucho y yanquista hasta “la coronilla”, amante de la música, en su momento un cuarto bate del empresariado dominicano, entre muchos otros detalles, José Augusto César León Asensio jamás pensó que sería llevado a la inmortalidad del deporte local.

“Lo tenía muy lejos, sobre todo que ya la parte activa mía (en los negocios) había pasado hace mucho tiempo. Me llamó Nandy Rivas, y me dijo te va a llamar el doctor (Dionisio) Guzmán (presidente del Pabellón de la Fama) y voy a estar en línea junto con Leo Corporán. Y la llamada me cogió completamente de sorpresa y es un honor que considero muy grande porque mi nombre va a estar junto a personas que se han destacado en el área de los deportes tanto fuera como dentro del país, por lo que me siento muy halagado. Eso era lo que tenía más lejos”, dijo el otrora presidente del Grupo León Jimenes, recién seleccionado al Pabellón de la Fama como propulsor debido a una extensa hoja de servicios en respaldo a la actividad del músculo y la mente.

Dueño de una sencillez que lo distingue como el Monumento al Santiago que lo vio nacer hace ya 86 años, el señor León Asensio tiene al deporte como parte de su vida. “Tuve el privilegio y la suerte de estudiar la secundaria y la universidad fuera. Allí hay deportes todo el año y había que participar. En el otoño jugué fútbol americano en Connecticut (secundaria), en el invierno baloncesto y en la primavera jugaba pelota y cuando venía de vacaciones jugaba softbol en Santiago con un grupo muy bueno”, comentó a elCaribe en una entrevista realizada en su residencia en el Distrito Nacional.

“Los deportes para mí, primero yo creo que forjan el carácter de la juventud. Ayudan a encarrilarlos por el terreno de competir, de no darse por vencidos, de trabajar en equipo, siempre he sido un fiel creyente de las bondades que ofrece el deporte en sus distintas manifestaciones. Además de que sacas a la juventud de tomar otro camino peligroso. Desde que vine de Santiago trabajamos muy de cerca con los clubes deportivos, especialmente con San Lázaro y Mauricio Báez. A Leo (Corporán) me une una hermandad de mucho tiempo, a (Nelly Manuel, fenecido) Doñé, al grupo entero. Siempre me he sentido muy ligado y lo que pude hacer, fue con mucha satisfacción”, comentó.

Traductor de las Águilas

Graduado de administración de empresas, con especialidad en mercadeo, en Massachusetts, León Asensio fue traductor de las Águilas Cibaeñas en su adolescencia y luego empezó a laborar como vendedor en la empresa de cigarros La Aurora. “Recorrí el país entero. Mi hermano mayor, Eduardo, era el presidente. Era una empresa muy pequeña, no había espacio para un departamento de mercadeo y lo lógico era que entrara como ventas”, dijo. ¿Y cómo a usted durante tantos años le daba el tiempo para darle cabida al deporte? “Siempre encuentras espacio para lo que te gusta, eso hice con el deporte y la música”, respondió.

“El saber que apoyas una actividad que sirve para educar, para forjar mejores ciudadanos es una gran satisfacción. No siempre se gana, pero se compite, y ese es un gran mensaje”, dijo.

En su memoria hay un mar de anécdotas, momentos vividos con Juan Marichal, ser testigo del último partido de Michael Jordan, la celebración en el país de los Juegos Panamericanos en 2003, las exposiciones sobre béisbol del Centro León en Santiago, entre muchas otras. “Soy de Michael Jordan hasta la coronilla”, indicó el menor de siete hermanos, quien también se ha deleitado con el fútbol europeo y lamenta profundamente “la partida de Messi del Barcelona”.

Su sentido del humor es tan amplio como sus vivencias. Durante toda la entrevista, realizada en horas de la mañana, estuvo acompañado de sus hijas, María Amelia León Cabral y Lidia León Cabral. Ante la pregunta de que cómo era como padre, dijo “bueno esa pregunta que te la respondan ellas dos”, señalando hacia el área donde estaban María Amelia y Lidia, pero antes de concluir dijo “¡y miren a ver lo qué van a decir¡”.

Esta espontaneidad suya provocó una risa amplia de todos. León Asensio, un fanático de los boleros y de cantantes como Roberto Carlos, sigue apostando por el futuro de la República Dominicana.

“Yo creo que tenemos un gran país, con sus problemas como todos, pero este es un gran país”, dijo con tono firme.

Se proclama santiaguero en todo momento y le encanta el arroz y la habichuela, el pastelón de plátano, la pizza y la arepa de maíz. Con esa decencia y afabilidad se maneja el abuelo de cinco nietos, con un bisnieto y otro en camino.

“El éxito se mide no hasta donde tú llegaste, sino qué hiciste por los demás, a quién heriste en el proceso, a quién ayudaste en el proceso y eso para mí es vital y sería el mejor consejo que pudiera dar. Ayuda a quien puedas ayudar, ayuda que varias personas, mientras más mejor, puedan decir que tuviste que ver en dejar a una mejor persona. Eso para mí tiene mucha importancia”, así cierra un inmortal, con un jonrón desde el alma.

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