Lo ocurrido la tarde del miércoles 19 de este mes todavía está “asentado” en mi cabeza. Me refiero a la ida, muy a destiempo, de mi singular amigo Jimmy Sierra a quien se le conocía como “El Teórico”.
Pero, ¡cómo va a ser!…no, no, no. Eso no es cierto. Es mentira. No juguemos de esa manera. Por favor, dime que no es cierto. Pero dímelo, no j…con cosas tan serias”. Esa fue mi reacción cuando un amigo de Jimmy, y desde luego también mío, me dio la mala noticia: “Oye, murió hace unos minutos el teórico Jimmy Sierra”.

De inmediato fui a los medios noticiosos. Abrí mi computador. Conecté con las redes sociales, pero también busqué el “chat” que dirigía Jimmy titulado: La Tertulia del Teórico. Y a los dos minutos leí -ya oficial- la infausta información. Lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. ¡Diablo, pero cómo ha sido eso!

¡Caramba Jimmy, ¿por qué te has ido? ¿Por qué nos has dejado? Y ahora, ¿cómo podremos organizar la Tertulia del Teórico que cada sábado tenemos y que se realizaba bajo tu sabia dirección? Pero, además, ¿cómo podré responder a tus regaños (tus sanos regaños) cuando entendía que yo tenía que tener un mejor comportamiento en las sesiones correspondientes a La Tertulia del Teórico?

“Oye Nina, Nina…compórtate. No violes el orden parlamentario. Eres uno de los más inquietos contertulios en este grupo. Pero sabes que aquí la disciplina va primero que todo. No importa que tú seas importante en estas reuniones. Porque importantes somos todos”. Así me hablaba Jimmy, pero lo hacía con una actitud de camaradería. ¡Como era su norma!

El expresidente Leonel Fernández, amigo de siempre de Jimmy, escribió un enjundioso artículo como una forma de recordarlo -y despedirlo-. Cito algunas líneas de su artículo: “Para mí, en lo particular, Jimmy fue un gran maestro, guía y mentor. Un modelo de referencia, en lo intelectual, ético, político y conductual”.

Comprendo que nacemos y morimos (así lo traza el indetenible y serio proceso biológico), pero tu muerte (tan inesperada), no la acepto…porque soy testarudo, no acepto tu ida mi caro amigo Jimmy.

Pero también sé que tampoco los miembros de La Tertulia del Teórico (conformada por intelectuales, abogados, médicos, periodistas, gestores culturales…) tampoco creen que ya no estás con nosotros. ¡Qué dolor tan grande ahora nos arropa!

Tengo que repetirlo hasta el cansancio: Caramba Jimmy, ¿por qué te has ido?.

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