El presidente Luis Abinader abordó en Santiago durante una rueda de prensa con comunicadores una cuestión fundamental en la gobernabilidad dominicana: los empleos en la Administración y lo que representa para quienes desde los partidos los ven como una oportunidad.
Hay una cuestión que no requiere muchas explicaciones. Los puestos de mando en el gobierno van a quienes desde los partidos tienen vocación para su ejercicio. Luego entran los niveles medios donde se requieren determinados conocimientos para el desempeño y las funciones estrictamente técnicas. Los colaboradores de primera línea quedan a merced de un decreto presidencial, mientras que los servidores calificados están bajo el amparo de la carrera administrativa.

Quienes tratan de fortalecer el marco institucional, como parece ser el espíritu que orienta al presidente Abinader, tratarán de apegarse a las normas.

Sus palabras en Santiago, en el sentido de que quien quiera servir el país lo va a hacer donde esté capacitado, y “donde pueda hacer un buen servicio, pero todo eso de manera organizada”, porque “esto (el gobierno) no es un botín. Porque yo soy presidente de todos los dominicanos”, sugieren que hay presión del PRM para que abra las compuertas a los militantes.

Vio normal que los perremeístas quieran acceder a los puestos, pero su responsabilidad como Presidente es “que las cosas se hagan ordenadas. Yo soy el presidente, que llegué por los perremeístas, pero soy el presidente de todos los dominicanos”.

Cuando el presidente Abinader dice que es el presidente de todos los dominicanos, está pensando en el momento en que asciende al poder, en medio de una pandemia, en las angustias predominantes entre los servidores públicos. Como garante de la paz de todos.

También está consciente de que aunque abra las puertas a los perremeístas, no podrá satisfacer a todos, y que su obligación es promover la generación de empleos más allá del gobierno, y para eso apuesta al plan de inversiones con iniciativas público-privadas.

Con su actitud muestra tolerancia, moderación, pero también firmeza y claridad. Por cierto, cuando habló del tema fue más enfático y tocó la mesa con el puño.

Tras septiembre nos aproximamos a fin de año y a los dominicanos no se les debe crear más angustias. Hay que ser paciente con en el nuevo presidente, especialmente sus parciales.

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