En diciembre de 1969 se inició en la ciudad de Santo Domingo la construcción del centro profesional ideado por el doctor Arnaldo Espaillat Cabral. Este destacado profesional, formado en el Instituto Barraquer de Barcelona, había regresado al país con todo el impulso y el deseo de crear en la República Dominicana un centro de atención de oftalmología y de otorrinolaringología. En nuestro país existían pocos centros especializados similares al soñado por el doctor Espaillat y ninguno en oftalmología. La idea del doctor Espaillat situaba al país a nivel de España, Alemania o Estados Unidos de América, por lo ambicioso de su realización. Su idea tuvo acogida en la población y en los medios de comunicación que reseñaban con frecuencia las actividades del prestigioso profesional. Y tuvo además acogida a nivel estatal, que asimiló la idea de un centro de esas carácterísticas.

En un artículo publicado en el Lístin Diario de fecha 13 de junio de 1970, el periodista Santiago Estrella Veloz decía “está en su fase final la construcción del Instituto Oftalmológico-Otorrinolaringológico Espaillat Cabral, institución científica cuyas instalaciones le colocan entre los más modernos del mundo”. En ese y otros reportes de prensa se infromaba de que el instituto atendería todas las enfermedades de la vista, de la nariz, oído y garganta. El edificio construído por la firma González & González tenía una estructura similar a un corte seccional del ojo humano y la entrada principal del centro estaría a nivel de la retina.
Originalmente era un edificio de dos plantas, que tenía en el segundo piso los quirófanos, que fueron los primeros en ser totalmente operados de forma remota mediante pedales. El edificio tendría oficinas, consultorios, todos los servicios, cafetería, salas de cirugía y una sala de conferencias con capacidad para 116 personas. En esa sala se impartían clases universitarias, con afiliación a la Universidad Autónoma de Santo Domingo y se desarrollaban diversas actividades especializadas, como las “palestras diabéticas” organizadas por el doctor Nossim Hazoury.

En un artículo publicado en El Nacional de Ahora en enero de 1971 el periodista Luis Eduardo Lora, decía que esa clínica era “una institución imbuída de un espíritu de proyección social en lo científico y lo humano”. Y es que en el Instituto Espaillat Cabral se atendían todo tipo de pacientes sin importar su condición social o ecónomica. Citan por ejemplo al paciente Manuel Aragonés, ciego de nacimiento y que fue operado por el doctor Espaillat pese a no tener recursos. El Instituto era muy innovador, sus 7 habitaciones tenían aire acondicionado, y todo el movimiento del paciente en el ambiente quirúrgico era manejado de forma remota. Los reportes de la época resaltaban el aire acondicionado totalmente ésteril del quirófano, la transmisión de las cirugías en circuito cerrado y la posibilidad de grabar esas cirugías para fines docentes. Los equipos más modernos de la época, como fotocoaguladores, tonógrafos, aplicadores de radiación, crioaplicadores para cirugía de catarata eran novedades en un centro moderno e innovador. Además el doctor Espaillat formó un grupo de oftalmólogos que han hecho importantes aportes a la medicina dominicana.

Luego de años de operación el Instituto cerró brevemente para ser luego reabierto ya bajo la dirección del también oftalmólogo e hijo del doctor Espaillat el doctor Arnaldo Espaillat Matos. Bajo su dirección el Instituto que ya se había dedicado en exclusividad a la oftalmología ha adquirido mayor prestigio y una proyección internacional extraordinaria. Don Arnaldo ha tenido la gran dicha de ver su obra prosperar y crecer, como un reconcimiento a su visión y decisión. Toda la comunidad médica y oftalmólogica dominicana debe celebrar estos 50 años de existencia del Instituto Espaillat Cabral.

Posted in Historia de la Medicina

Más de cultura

Más leídas de cultura

Las Más leídas