La mayoría de la población probablemente ha recibido con alegría la noticia de la disminución de la duración del toque de queda nocturno dispuesto por el gobierno por la pandemia, que según los reportes oficiales, ha bajado los contagios y la letalidad.

Es normal que la población tienda a reaccionar de esa manera, porque lo natural es el estado de libertad para transitar y para todos los actos que entraña la vida. Pero la realidad es que vivimos una situación especial.

Para la presidencia del Colegio Médico Dominicano, reducir las horas de libre circulación nocturna no ha sido una buena decisión. Su parecer es que en los últimos días, contrario al criterio de las autoridades, “se ha percibido” un discreto incremento de casos de la COVID-19. Y además, alentará la circulación nocturna, “el desorden existente en las vías públicas y los barrios”, ha dicho Waldo Ariel Suero.

Podría tener razón. Convendría determinar las causas reales que condujeron a las autoridades a disminuir el período del toque de queda. ¿Estimular la sensación de normalización? Eso tendría sus implicaciones.

Hay un elemento no precisado aún. Al aumentar las horas libres, hasta las 9 de la noche de lunes a viernes, ¿se abrirán algunas ventanas a la diversión o a los intercambios sociales con tolerancia de las autoridades?

Preferimos quedarnos con la primera interrogante. El estímulo de la sensación de normalidad. Pero lo ocurrido en los países del primer mundo no alienta demasiado ese liberalismo. Los casos de Francia y España, por ejemplo. Y ni hablar de los Estados Unidos, con las estadísticas más estremecedoras.

Lo que hemos visto en el país es que en las últimas dos semanas los reportes registran aparentemente menos muertes diarias, que los contagios bajaron de los miles a cientos, y esas son buenas noticias. Pero expandir el horario nocturno implica riesgos.
Deseemos que todo funcione bien. Pero preferiríamos seguir la tendencia actual, con las mismas medidas vigentes y con mejores resultados. Pero obviamente, las autoridades saben más que nosotros.

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