El recurrente tema haitiano, como “Crónica de una muerte anunciada”,vuelve a ocupar la atención nacional, esta vez recalcando cómo contribuimos desde este lado de frontera a preparar un oscuro futuro para la nacion que forjó Duarte y sus seguidores. Quique Antún llama la atención de cómo los libros oficiales de historia, que dan cuenta del nacimiento de la nacion Dominicana, proyectan una visión deformada de los hechos, manipulan la concepcion de las criaturas que estudian bajo sus páginas, para que terminan con una visión alterada de la realidad pasada y presente entre las dos naciones que ocupan la isla. Algo similar se hace del lado oeste concibiéndonos como “provincia rebelde”.

Es interesante estudiar si desde el Ministerio de Educación se ha estado promoviendo, por decenios, esa cosmovision de manera consciente, impulsada por organismos internacionales al igual que sus aberrantes criterios de la “cultura de género”. Entiendo que los historiadores dominicanos bien pudieran pronunciarse sobre esta grave denuncia y quitarle el matiz político que su generador le imprime, pero ahondando en lo que subyace tras ese sutil adoctrinamiento deformante del dominicano del futuro. Los órganismos internacionales de ese tenor, responden hoy a oscuros y perversos intereses que las alejan de los principios fundamentales que les dieron origen.

Si a esto añadimos el editorial del Listin Diario, que resalta la decadencia de la identidad nacional, hemos de concluir que la estrategia de pinza, está funcionando apropiadamente para socavar las bases y fundamentos de Dominicana. Tenemos excelentes colaboradores criollos en esa causa negativa, uniéndose a un falso sentimiento de vergüenza y culpa, cuando tocamos el tema haitiano. Se recurre a términos de sentimientos negativos: discriminación, racismo, xenofobia, falso nacionalismo y todos los términos peyorativos que puedan endilgarse a los que creemos que somos dos naciones con esencias opuestas, culturas, idioma, creencias disímiles. Creo que bien haría el ministerio de Educación en fortalecer la difusión de temas que destaquen la esencia dominicana, la identidad que nos define y que el mencionado editorial considera amenazado.

El ciudadano común considera que la presencia masiva de haitianos representa un grave problema. El Estado dedica muchos recursos a atender necesidad médicas de los nacionales de Haití, lo que además representa un lucrativo negocio para quienes trafican con seres humanos, sin que esa práctica llame la atención de autoridad oficial alguna. La permeable frontera es ruta para ese tráfico humano y para la afluencia desde país más insalubre de America. La carga humana hace rato que se hizo insostenible para el Estado. Las elecciones presidenciales en Estadis Unidos representa una gran disyuntiva para el futuro frente a Haití y lo que piensan los más probables ganadores, de nosotros como “solución”.

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