Tras librar la batalla por las pensiones, el líder de la Unión de Trabajadores Cañeros va por otras conquistas

Jesús Núñez es un ferviente defensor de los derechos de los trabajadores que dejaron sus fuerzas en los ingenios azucareros de la República Dominicana. Desde la primera protesta que encabezó como presidente de la Unión de Trabajadores Cañeros (UTC), el 24 de febrero de 2009, ha liderado 403 manifestaciones en demanda de que se le otorgue lo que por ley le corresponde a esta clase trabajadora.

En 11 años de lucha constante, las concentraciones frente al Palacio Nacional, el Congreso de la República y el eliminado Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) no dieron tregua. Reclamaban una pensión digna y la cobertura de un seguro médico para personas que dedicaron los años más productivos de su vida a la Industria Azucarera.

Con la consigna “sin cañeros no hay azúcar”, Núñez unificó con un solo propósito a cientos de trabajadores, la mayoría nacionales haitianos que cruzaron la frontera en busca de una mejor vida, quienes encontraron en las plantaciones azucareras de República Dominicana el sustento propio y el de sus familias.

Para entonces, el país contaba con 14 provincias dedicadas a la industrialización de la caña de azúcar, antes de la privatización de los ingenios en el primer gobierno de Leonel Fernández, según cuenta. El hombre de 62 años de edad, que estuvo en la primera fila del combate por las pensiones de los cañeros, narra que en este proceso cerca de mil trabajadores fallecieron sumidos en la miseria sin una respuesta a su reclamo.

Del grupo, 3,213 trabajadores del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) fueron beneficiados en el 2012 con una pensión de RD$ 5,117. El Gobierno de Fernández pensionó a 2,185 y en la gestión de Danilo Medina 1,028.

Tras más de una década de reclamos, marchas y vigilias, hoy los cañeros, junto a su líder, abrazan la promesa hecha recientemente por el presidente Luis Abinader de otorgar 1,600 pensiones antes de culminar el mes de octubre. El anuncio fue hecho en una visita a San Pedro de Macorís y ratificado en el acto de entrega del Premio a la Persona Envejecientes, celebrado en Palacio Nacional, pero según cuenta el fundador de la UTC, este no es el fin de la lucha. Ahora se prepara para librar otras batallas que apuntan a mejorar las condiciones de las comunidades asentadas en los 411 bateyes existentes.

Núñez nació en el seno de una familia cañera en el sector Manoguayabo, Santo Domingo Oeste. Ha consagrado gran parte de su vida a una causa: defender los derechos adquiridos de cientos de trabajadores que envejecieron bajo el sol resplandeciente de los cañaverales en los ingenios del Consejo Estatal del Azúcar. Contrario a lo que se pudiera creer, “el líder de los cañeros” no tiene raíces haitianas. El vínculo con estas empobrecidas comunidades empezó a estrecharse a sus 19 años, cuando entró a trabajar a Ingenio Río Haina, donde clasificaba las cañas que llegaban con alimañas.

Desde muy joven fue seducido por los ideales revolucionarios de la década de los 70, razón que lo llevó a inscribirse en la organización política Comité Revolucionario Camilo Torres, gracias, a la cual, de acuerdo con su testimonio, pudo viajar a países de Europa y del Caribe para formarse en economía política y relaciones internacionales.

Relata que en esos viajes realizó un curso de alfabetización y al regresar se dedicó alfabetizar a un grupo de cañeros, entre ellos estuvo Lisen Omi, quien llegó al país en 1951 para dedicarse al corte y tiro de la caña, y murió en su vejez sin su pensión. “Una vez le dije a ese señor que teníamos que hacer una reunión para tratar de organizar a la comunidad cañera para solicitar el arreglo de las casas. Cuando hicimos la reunión, ellos me dijeron que preferían que se luchara por la pensión que habían solicitado.
Fuimos al Seguro Social esperanzados de que se le iba a otorgar y resultó que se la negaron. Desde entonces, nos quedamos haciendo la lucha. Esa injusticia la vi en el rostro de Omi y de otros. Eso me conmovió”, expresó. Núñez advirtió que las movilizaciones continuarán hasta que se erradique de manera definitiva “la explotación y el estado de semiesclavitud” en perjuicio de los trabajadores cañeros.

Según datos ofrecidos por el presidente de la Unión de Trabajadores Cañeros, esta organización agrupa cerca de 50 mil personas, de las cuales 13 mil están para solicitud de pensión, pero, según explicó este grupo no cumple con los requisitos exigidos por la Ley de la Seguridad Social 87-01. En ese sentido, dijo que se buscará un acuerdo con los dueños de las centrales azucareras a los fines de que se les reconozcan sus derechos adquiridos, pero para lograrlo será necesaria la intervención del Gobierno.

El 90 por ciento de los trabajadores está ilegal

Núñez deploró que existan trabajadores en dicho sector con una carga de hasta 12 horas diarias y que apenas reciban un pago de 190 pesos por cada tonelada de caña producida. A su juicio, la producción de la caña de azúcar se encuentra en un buen momento, por lo que consideró que ahora les toca a las centrales azucareras reconocer los derechos adquiridos de estos obreros, muchos de los cuales afirmó son traídos desde Haití por sectores interesados. “En las comunidades cañeras los trabajadores del área de las plantaciones, como picadores, carreteros, vagoneros, fumigadores, serenos y sembradores no tienen documentación. Está ilegal más del 90 %” aseguró. Indicó que la UTC logró que a 3,709 inmigrantes haitianos pensionados se les otorgue la residencia permanente.

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