Esta sustancia cumple funciones básicas en el organismo como la absorción del calcio y el fósforo, ideal para la fortaleza de los huesos

La vitamina D es un nutriente que puede obtenerse a través de los alimentos y también sintetizarse por el propio cuerpo a partir del contacto de la luz solar con la piel.

Para los nutriólogos, este micronutriente es imprescindible para la correcta absorción del calcio, a la vez que permite su depósito en los huesos y la regulación de los niveles de este mineral en la sangre; sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mil millones de personas tienen ingestas de esta vitamina inferiores a las recomendadas.

Además, la vitamina D desempeña un papel indispensable en el mantenimiento de los órganos. Algunas de las funciones en las que interviene son: regulación de los niveles de calcio y fósforo en sangre, promueve la absorción intestinal de fósforo y de calcio a partir de los alimentos y la reabsorción de calcio a nivel renal, participa en el desarrollo del esqueleto mediante la contribución de la formación y la mineralización ósea, interviene en los procesos del sistema inmunológico, podría tener propiedades antitumorales y funcionar como antienvejecimiento.

Esta vitamina, que también se denomina “calciferol”, es liposoluble, lo que significa que se disuelve en grasas y se almacena en los tejidos adiposos del cuerpo. Esta propiedad de la Vitamina D permite que no sea necesario el consumo diario, ya que el organismo tiene sus reservas propias.

La dieta alta en vitamina D es importante en personas que necesitan un suplemento vitamínico extra de calciferol en épocas de crecimiento, de debilidad ósea o en el embarazo, períodos especiales que pueden mostrar síntomas de carencia de vitamina D.

Algunos estudios resaltan que la vitamina D en alimentos es un suplemento muy importante en algunos periodos de la vida. No obstante, la exposición solar es el factor principal de producción de calciferol. Por lo tanto, para que los huesos crezcan sanos y fuertes, para evitar las quebraduras, la osteoporosis y otras enfermedades de los huesos y las articulaciones hace falta consumir alimentos ricos en vitamina D y exponerse a los rayos ultravioleta, lo que ayuda a que los huesos estén sanos y fuertes.

Deficiencia

Investigaciones recientes arrojan que la deficiencia de vitamina D es predominante en los adultos de todas las edades que siempre utilizan protección solar (lo que bloquea la producción de vitamina D) o limitan sus actividades al aire libre. Las personas con alta pigmentación en la piel (como aquellas personas cuyos ancestros eran de África, del Medio Oriente o de la India) corren el riesgo de tener una deficiencia de esta vitamina.

Se estima que más del 95 % de los adultos mayores en los Estados Unidos pueden tener deficiencia de vitamina D, no sólo porque tienden a pasar mucho tiempo dentro de casa, sino porque la producen en menor cantidad como respuesta a la exposición al sol (una persona mayor a 70 años produce cerca de 30 por ciento menos vitamina D que una persona más joven al tener la misma exposición al sol).

Los niveles inadecuados de vitamina D pueden conducir a un debilitamiento del sistema inmunológico, al aumento de riesgo de cáncer, pobre crecimiento del cabello y osteo-malacia, una enfermedad que debilita los músculos y los huesos. Por el contrario, el exceso de vitamina D puede causar que el cuerpo absorba demasiado calcio, lo que lleva a un mayor riesgo de ataque cardíaco y a cálculos renales.

¿Dónde se encuentra la vitamina D?

Los alimentos que contienen vitamina D o calciferol son la leche, la yema de huevo, el atún, la sardina, salmón, ostras, el hígado, múltiples cereales, productos de soya, productos lácteos como el queso, el yogour y la leche, así como hongos y setas, entre otros.
De igual manera, en el mercado se pueden encontrar alimentos dirigidos principalmente a la niñez o a la tercera edad que presentan una fórmula enriquecida con calciferol, además de otras vitaminas y compuestos esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.

Importante
La piel produce vitamina D cuando se expone a la luz solar, por lo que la mayoría de las personas cumplen al menos de esta forma el requerimiento diario de esta sustancia. Sin embargo, es prudente limitar la exposición de la piel a la luz del sol para reducir el riesgo de cáncer de piel.

Entre los alimentos que contienen vitamina D están la leche, la yema de huevo, el atún, la sardina, el hígado, múltiples cereales y el queso.

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