Milán. El “capo de capos” de la mafia, Salvatore “Totò” Riina, murió ayer a los 87 años en el hospital cuando cumplía varias cadenas perpetuas como el ideólogo de una sangrienta estrategia para asesinar a fiscales italianos y agentes de la ley que intentaban acabar con la Cosa Nostra. Riina murió horas después de que el ministro de Justicia permitiera que sus familiares lo visitaran el jueves, que era su cumpleaños, después de que los médicos en el ala penitenciaria de un hospital en Parma le provocaran un coma inducido. El ministerio confirmó su deceso.

Riina, uno de los capos de la mafia siciliana más famosos y jefe implacable de su imperio criminal durante 23 años en la clandestinidad, cumplía 26 cadenas perpetuas por homicidio. Fue capturado en Palermo, la capital de Sicilia, en 1993 y encarcelado según una ley que requiere una estricta seguridad para los capos. La norma indica, entre otras cosas, que deben ser detenidos en módulos aislados de las prisiones con tiempo limitado fuera de su celda.

Poderoso

Cuando estaba en la cumbre de su poder, la fiscalía acusó a Riina de diseñar una estrategia, aplicada durante varios años, para asesinar a fiscales, policías y otras personas que perseguían a la Cosa Nostra. Al final, el baño de sangre fue contraproducente para la Cosa Nostra.

Después de que dos magistrados italianos antimafia, Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, murieron en atentados con bomba con dos meses de diferencia en 1992, el Estado enfurecido redobló su lucha contra la mafia siciliana.

El fiscal antimafia Franco Roberti dijo que Riina nunca se arrepintió de sus crímenes.
“Todavía lo consideraban el ‘capo de capos’, incluso en la cárcel”, dijo. “Su muerte provocará una lucha por el poder en la cúpula de la Cosa Nostra”, a pesar de que las décadas pasadas en una celda en Milán y las severas limitaciones a sus contactos significaban que carecía de influencia operativa.

Posted in Internacionales

Más de panorama

Más leídas de panorama

Las Más leídas