Washington, DC. La directora de comunicaciones de la Casa Blanca, Hope Hicks, una de las colaboradoras más leales al presidente Donald Trump y con más tiempo a su lado, anunció abruptamente su renuncia ayer jueves.

La salida de Hicks, quien se hizo cargo de las comunicaciones durante la campaña de Trump, tomó por sorpresa a gran parte de la Casa Blanca y ensombreció al Ala Oeste en un momento complicado para el presidente.

Hicks, de 29 años, tenía un papel aparentemente intocable en el Ala Oeste, y con frecuencia se le veía más como una hija sucedánea que como un miembro del personal. Y tal vez aún más importante, fungía como la acólita glamorosa de Trump, siempre lista para proporcionarle al “Señor Trump” una dosis de retroalimentación positiva con una sonrisa.

Es la cuarta persona que ocupa ese puesto desde que el presidente fue juramentado, parte de una amplia rotación de personal en la Casa Blanca de Trump que ha impuesto un récord.

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