Kabul, (EFE).- Los talibanes afirmaron que están tomando medidas para luchar contra la malnutrición infantil en Afganistán y minimizaron los casos en el país a poco más de un millón, frente a la alerta este martes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que elevó a más de tres millones el número de niños en esta situación.
El portavoz del Ministerio de Salud Pública, Sharafat Zman Amar, afirmó a EFE que los talibanes han establecido 800 nuevos centros contra la malnutrición, elevando el total a 2.000.
«El número de niños registrados y tratados por malnutrición aguda y moderada no es tan elevado como el que se muestra», aseguró a EFE el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Sharafat Zman Amar.
Según la fuente, hasta ahora se han contabilizado y dado tratamiento a 47.000 niños con malnutrición aguda de los 1,1 millones que se esperaban, mientras que los casos de malnutrición moderada ascienden a 1,1 millones de los 2,2 millones previstos.
Sin embargo, la OMS elevó este martes a más de tres millones el número de niños afganos en riesgo de malnutrición en 2023, en un momento en el que la decisión de los talibanes de prohibir a las mujeres trabajar en ONG nacionales e internacionales ha puesto en riesgo la respuesta humanitaria en el país asiático.
«En 2023 se prevé que unos 875.000 niños en Afganistán sufran de malnutrición aguda, incluyendo 125.000 niños con complicaciones. Más de 2,3 millones de niños pueden sufrir de malnutrición moderada», señaló la OMS en Twitter.
A estas cifras se suman unas 840.000 mujeres embarazadas y madres lactantes con malnutrición aguda.
En medio de una grave crisis económica, sequía y las consecuencias de décadas de guerra, Naciones Unidas calcula que unos 28 millones de afganos -dos tercios de la población- necesitan asistencia y que unos seis millones están a un paso de la hambruna.
La grave situación que atraviesa Afganistán, exacerbada por la llegada al poder de los talibanes en agosto de 2021 y la interrupción de parte de las ayudas internacionales, ha agravado la situación mientras fundamentalistas y organizaciones afganas continúan pidiendo la liberación de los 7.000 millones de dólares en fondos afganos congelados.
«El mundo debería dejar de tomar medidas que provocan pobreza y desempleo en nuestro país, como la congelación de la riqueza de Afganistán», subrayó a EFE el director del hospital infantil Indira Gandhi en Kabul, Haseeb Rahimzai Wardak.
