Fuente externa
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El agua es un nutriente esencial para el cuerpo humano en cualquier etapa de la vida porque ayuda a regular la temperatura corporal, mantener la piel hidratada y elástica, lubrica las articulaciones y los órganos y facilita la digestión de los alimentos.

Para tomar dimensión de su importancia vital, vale recordar que aproximadamente la mitad de nuestra sangre es plasma sanguíneo, compuesto en un 90% de agua. El plasma sanguíneo es esencial para transportar energía, nutrientes y oxígeno a las células del cuerpo que más lo necesitan. El agua además ayuda a eliminar las toxinas a través de los riñones.

Mantener la hidratación es uno de los componentes más fundamentales de una buena salud, por eso necesitamos consumir agua a través de alimentos y líquidos durante el día.

Si una persona no ingiere suficiente agua, puede experimentar síntomas de deshidratación como dolores de cabeza, mareos, cansancio, baja concentración, estreñimiento y sequedad de boca. Estar severamente deshidratado aumenta el riesgo de cálculos renales e infecciones del tracto urinario.

Los expertos de la Clínica Cleveland de EEUU señalan que “la deshidratación es la ausencia de una cantidad suficiente de agua en su cuerpo. La mejor manera de vencer la deshidratación es beber antes de tener sed. Si tiene sed, ya está levemente deshidratado”.

Sin embargo, pese a todos estos beneficios, a muchas personas no le gusta tomar agua natural. La buena noticia es que hay muchas otras formas saludables mantenerse hidratado.

¿Cuántos vasos se deben tomar por día?

La noción más generalizada habla de dos litros al día. Sin embargo, la regla de oro de tomar ocho vasos de agua para mantenerse hidratado y saludable es un concepto que varios científicos cuestionan. Según estudios recientes esta indicación no debe ser universal ni aplicarse sin considerar las características de cada persona, ya que puede ser excesiva para la mayoría de los individuos.

Un reciente estudio global sobre las necesidades humanas de agua mostró cómo la renovación de este líquido utilizado por el cuerpo a diario difiere y está determinada por una variedad de factores. Los científicos de los Institutos Nacionales de Innovación Biomédica, Salud y Nutrición de Japón, junto a otra veintena de especialistas de los Estados Unidos, Gran Bretaña y los Países Bajos analizaron la rotación del agua en el organismo humano y revelaron que cada individuo presenta una amplia gama de ingesta.

Muchas personas solo necesitan alrededor de 1,5 a 1,8 litros al día, menos de los dos litros que normalmente se recomiendan, sugirió la investigación. Además, señalaron que si se duplica la energía que utiliza un individuo, su consumo diario debería aumentar en, al menos, un litro. En cuanto al volumen corporal, explicaron que 50 kilos más de peso añaden 0,7 litros al requerimiento diario.

También influyen las condiciones climáticas: una suba del 50% en la humedad aumenta el consumo de agua en 0,3 litros. Los deportistas necesitan aproximadamente un litro más que los no deportistas.

7 claves para hidratarse

1 – Consumir frutas y verduras

Muchos vegetales tienen un alto contenido de líquido, por eso se recomienda “comer” agua y aumentar las porciones de sandía, kiwi, manzanas, frutillas, pepinos y muchos ingredientes que suelen utilizarse para las ensaladas, como lechugas y otras verduras de hoja verde, o tomates y morrones.

También el jugo de naranja exprimida es fuente de líquidos. Los vegetales con altos niveles de agua son: frutos rojos, naranjas, uvas, zanahorias, lechuga, repollo, espinacas y melones. Mantener un recipiente lleno de frutas cortadas para picar en la heladera, ayuda a incorporar el hábito.

2 – Rituales de hidratación

Tomar un vaso de agua natural o saborizada antes de cada comida, sea almuerzo o cena. Proponerse beber al menos medio vaso al terminar una reunión o después de terminar una tarea, tanto en el ámbito laboral, como social o personal. Además, se recomienda beber un vaso entero con la comida.

El abundante consumo de frutas y verduras aporta líquidos durante todo el día (Karl-Josef Hildenbrand/dpa)

3 – Llevar una botella

Mantener un recipiente con agua con usted durante el día y dejarlo a la vista, tener el envase dentro del campo visual hace que tomemos líquido más seguido. Un truco: si la botella además tiene un diseño que a uno le resulte atractivo, puede aumentar la motivación para beber.

4- Sumar saborizantes

Menta, jengibre, limón o rodajas de melón. Existen muchos ingredientes que pueden endulzar o saborizar el agua natural y que no implican una dosis extra de azúcar.

Pruebe una infusión de frutas sin azúcar en su agua para hacerla más sabrosa. Prepare una jarra, déjela infusionar durante la noche para que esté fría al día siguiente. Con este preparación llene su botella y llévala a todos lados.

5 – Aplicaciones en el teléfono móvil

La hidratación no es una excepción a otros aspectos de la rutina de vida saludable, y por eso existen apps diseñadas especialmente para alertar o detectar cuándo es momento de servirse un vaso de agua antes, incluso, de tener sed. Los usuarios de estas aplicaciones saben exactamente cuánto líquido ingieren por día.

6 – Té helado

El té también contribuye a la ingesta de líquidos. Para el té verde y negro, prepare en agua hirviendo y luego enfríe durante la noche antes de guardar en la heladera. Los tés de frutas se pueden preparar también con agua fría. Es recomendable priorizar las infusiones caseras para hidratarse por sobre los productos envasados que tienen conservantes y/o endulzantes.

7- Granizado de frutas

Combine fruta frescas como frutillas, duraznos, melón o mango con hielo y agua en casa por la mañana y tome de a sorbos para aumentar la ingesta de líquidos durante todo día.

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