Adversidad transformada

Siempre recuerdo una experiencia vivida hace algunos años, al llegar por asuntos de trabajo a una residencia en un sector de clase alta de esta capital. La visita a ese lugar se debió única y exclusivamente para evaluar el mobiliario de la misma,&#8230

Siempre recuerdo una experiencia vivida hace algunos años, al llegar por asuntos de trabajo a una residencia en un sector de clase alta de esta capital. La visita a ese lugar se debió única y exclusivamente para evaluar el mobiliario de la misma, para luego dirigirnos a otra vivienda, a la cual esta familia se trasladaría a vivir, con fines de hacer un trabajo de decoración.

Una vez reunida con mi cliente, me explica el motivo por el cual necesita cambiar de casa, la cual era preciosa. Empieza a contarme que necesita mudarse para acomodar a su hija Taylor, porque tiene desniveles que no le permiten moverse libremente. Contenta, me dice: “Vamos a su habitación, quiero que la conozcas”. Cuando entramos, la niña se encontraba en una cama de posición, acompañada de una persona que la cuidaba, y al entrar allí, el área física de la misma estaba decorada como si esta pudiera corretear por todas partes. Tenía una silla de ruedas llena de muñecas y una especie de salita con peluches y juegos adecuados para una niña de diez años, que era su edad.

No sólo estaba postrada, sino que su madre explicaba que la niña estaba cuadripléjica desde su nacimiento. Siempre se alimentada por un tubo, respiraba con oxígeno y apenas hacía movimientos con sus ojos. La miro, me impresiono un poco, pero no me atrevo a emitir siquiera una pregunta. Un rato después llegaron sus dos hermanitos del colegio, corriendo a la habitación a abrazarla y besarla.

Cuando te toca vivir un cuadro de este tipo, aprendes que, lo que para otra familia podría ser una adversidad, para esta Taylor se había convertido en un punto de unión, amor y fraternidad para una familia.

Estuve unos tres meses trabajando y cada vez fue más hermoso para mí ver el manejo de esta familia. Les aseguro que fue una experiencia inolvidable lo que viví alrededor de ellos, inclusive, fui invitada a su cumpleaños con golosinas, globos, cantos y toda la celebración por un nuevo año cumplido por ella.

Cuántas familias quisieran vivir con la alegría y la unidad de ésta, donde la adversidad fue convertida en bendición para todos. Aprendamos de ellos.

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