Afectividad

En mi familia nuclear no hicimos costumbre de expresar el afecto, una herencia generacional. Para la época de mis ancestros la crianza se afianzaba más en el respeto y el deber de los menores hacia sus mayores. En tiempos pasados el afecto intrafamiliar

En mi familia nuclear no hicimos costumbre de expresar el afecto, una herencia generacional. Para la época de mis ancestros la crianza se afianzaba más en el respeto y el deber de los menores hacia sus mayores. En tiempos pasados el afecto intrafamiliar estaba, digamos, “sobreentendido”, a partir del vínculo biológico y no era común el expresarlo fluidamente. Ese modelo de crianza es contraproducente, impacta negativamente la personalidad de niños, adolescentes o adultos. Hay que saludar que la sociedad dominicana lo supera gradualmente. Hoy nuestras familias expresan más naturalmente la afectividad. Desaparece aquella obligación de los hijos llamar por “usted” a los padres – lo que fomenta respeto pero distancia afectiva-. Hagamos práctica común el decir “te quiero” en nuestra familia. 

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