Controla la ansiedad de manera natural

La ansiedad, al igual que otros sentimientos (placer, exaltación, euforia, éxtasis, tristeza, ira, rabia y calma), es normal en la vida de las personas.

La ansiedad, al igual que otros sentimientos (placer, exaltación, euforia, éxtasis, tristeza, ira, rabia y calma), es normal en la vida de las personas. Estos sentimientos regulan la interacción con los demás y ofrecen un sistema de alarma que, en el caso del miedo, sirven para afrontar situaciones de peligro o riesgo. La característica esencial de este trastorno es un sentimiento de desazón y desasosiego persistente, que no están referido a ninguna circunstancia ambiental en particular. Lo más habitual es que el paciente se queje de estar permanentemente nervioso, así como de sentir otros síntomas típicos de la ansiedad como temblores, tensión muscular, exceso de sudoración, mareos y vértigos, taquicardia y molestias epigástricas.

Con frecuencia manifiestan el temor de que ellos mismos, o sus seres queridos, puedan contraer una enfermedad o sufrir un accidente, entre diversas obsesiones y presentimientos de carácter negativo. La ansiedad es un trastorno más frecuente en mujeres y está a menudo relacionado con el estrés ambiental de su vida cotidiana. Tiene un curso variable, dependiendo de las características de la persona afectada, pero tiende a ser fluctuante y crónico.

“En muchos casos la ansiedad puede ser provocada por nosotros mismos. Llega a partir de nuestras conversaciones internas (pensamientos). En ocasiones, nos encontramos en medio de una  preocupación constante y persistente, con inquietud, tensión muscular, cansancio, irritabilidad, problemas para concentrarse y problemas de sueño”,  comenta la psicóloga Johanna Espaillat, del Centro  Regal Mental Center. 

 Dice que existen factores de índole hereditarios que predisponen a la ansiedad, así como enfermedades  y experiencias personales que contribuyen a su aparición. Sin embargo, no hay que olvidar que estos factores precipitantes no actúan solos, sino que lo más frecuente es que se trate de personas con ciertos sentimientos de inadecuación, dudas o miedos. “Nuestro cerebro está preparado para adaptarse a nuestros pensamientos, pero debemos tener paciencia y persistencia”, dice.

La alimentación ayuda

Somos lo que comemos y la nutrición juega un papel muy importante en la recuperación de la ansiedad y la despersonalización. Por esta razón, es imprescindible aprender qué alimentos sirven para crear una mente y un cuerpo menos reactivo y cuáles sólo se suman a los síntomas y prolongan la recuperación.

Espaillat recomienda evitar el café, ya que estimula el sistema nervioso. Si hay problemas de ansiedad, es mejor optar por el café descafeinado, refrescos sin cafeína o infusiones sin estimulantes. La teína, presente en el té, tiene también efectos estimulantes.

El alcohol, si bien en la fase inicial inmediatamente posterior al consumo tiene un efecto desinhibidor, lo que lleva a algunas personas a pensar que es un euforizante, lo cierto es que se trata de un depresor del sistema nervioso, que puede alterar negativamente el estado de ánimo, y en las personas propensas, inducir, como efecto rebote, manifestaciones de ansiedad horas después de su consumo.

Se deben evitar las sales y azúcares en exceso. La sal disminuye las reservas de potasio de nuestro cuerpo, un mineral muy importante para el funcionamiento apropiado del sistema nervioso. La sal puede aumentar la presión sanguínea poniendo a prueba nuestro corazón y las arterias. Se recomienda no exceder un gramo de sal por día. El azúcar no contiene nutrientes esenciales, suministra una fuerte dosis de energía inmediata para el cuerpo, que a veces puede ser excesiva e innecesaria. Evite, siempre que pueda, aquellas comidas hechas a base de azúcares refinados. No caiga, sin embargo, en el error de sustituir esta azúcar por edulcorantes artificiales ya que también pueden provocar ansiedad y otros problemas de salud si se consumen en exceso

No se salte las comidas. La adrenalina se libera cuando se pasa por alto la nutrición. Esto da lugar a sentimientos de ansiedad, despersonalización e irritabilidad. Las meriendas más indicadas son los frutos secos y verduras crudas.

Beber agua natural durante todo el día calma y crea una mente y un cuerpo menos reactivos.

Mantén la mente y el cuerpo activos

El aburrimiento es el gran enemigo de cualquier persona que lucha con la ansiedad. Una mente sana es una mente que está activa y en expansión. Una mente aburrida se vuelve “hacia adentro” y aquí es donde empiezan los problemas. Uno nunca es demasiado viejo para expandir la mente, leyendo, haciendo rompecabezas, tomando clases en las universidades locales, con el trabajo y el aprendizaje en general. Siempre permanezca interesado en el aprendizaje, una mente interesada ayuda a desviar las reacciones de ansiedad. El ejercicio adecuado nos ayuda a la tonificación muscular, evitando tanto la rigidez como el exceso de activación del sistema nervioso, propiciando un sano cansancio que favorece el sueño reparador.

Si nuestro estado físico es lamentable (tenemos síntomas como mareos, vértigos, náuseas) y no podemos tolerar un ejercicio intenso, se puede optar por repartirlo en fragmentos pequeños a lo largo del día y partir de un ritmo suave hasta ganar un bienestar suficiente para abordar esfuerzos de mayor demanda.  Es preferible practicar un deporte lúdico que nos guste o hayamos disfrutado de él en el pasado, ya que de paso nos proporcionará mayor satisfacción que la gimnasia fría y pesada.

Saber
Una de las principales causas de la ansiedad es el estrés, así es que trata de organizar todos tus pendientes y destina un horario para cada uno, esto reducirá en gran medida tu ansiedad.

Dato
Esta condición se manifiesta de diferentes maneras en cada persona, según una serie de factores, que van desde la edad, información genética y circunstancias de vida, entre otras.

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