NUEVA YORK (EE.UU.) Miguel Cotto es, y que nadie lo ponga en duda, un titán del boxeo mundial.
Pero él debe admitir que la madrugada del pasado domingo en el mítico coliseo Madison Square Garden de esta ciudad, enfrentó a un inválido rival… porque Sergio “Maravilla” Martínez subió al cuadrilátero seriamente lesionado.
La rodilla derecha del púgil argentino, lesionada hace más de un año, no sanó nunca… una rodilla podrida que impidió a Martínez afincarse para poder conectar sus golpes con la deseada solidez.
En mis análisis expuse, claramente, que Cotto sólo tenía oportunidad de victoria si “la rodilla de Martínez no estaba sana”.
Y como la rodilla derecha del destronado campeón mundial mediano sigue podrida -pese a que su médico aseguró que “todo andaba bien”-, el veterano boxeador boricua aprovechó con habilidad esa debilidad… ¡y vapuleó a su antojo al inválido Maravilla Martínez!
Escribir la verdad, ¡siempre!
Mi deber como informador público es escribir la verdad, ¡siempre!
A propósito de lo que ocurrió en el Madison Square Garden, y que hoy disfruta Miguel Cotto, reitero esta frase: “No ocultar la verdad ni exhibir la mentira, es ser periodista”.
Como lo expuse en la crónica que escribí para elCaribe, Maravilla Martínez no tuvo momentos positivos en los nueve asaltos que permaneció en el cuadrilátero. La base de todo atleta son las piernas ¡y Sergio Martínez subió al ring con su pierna derecha seriamente lesionada, podrida, literalmente.
Nunca pudo afincar sus piernas para tener facilidad de lanzar golpes. Estaba cojo, sin balance y débil. Cotto aprovechó esa debilidad y comenzó la pelea conectando puños a su antojo. Lo depositó tres veces en la lona en el primer round. ¡Increíble!
Maravilla Martínez y su equipo decepcionaron al público. Y a los periodistas. Pero no por lo ocurrido en el desigual combate, sino porque no hablaron la verdad.
Mintieron. Se vio bien claro que Martínez estaba inválido. Cotto abusó de un rival discapacitado. ¡La verdad!
