La crisis de los 40 afecta a la mayoría de los hombres

En los hombres, la llamada crisis de los 40 puede presentarse entre los 35 y los 45 años, etapa en la que  pueden sentir la necesidad de hacer, vivir, experimentar y probar, todo aquello que no han hecho, vivido, experimentado o probado. Experimentan&#8

En los hombres, la llamada crisis de los 40 puede presentarse entre los 35 y los 45 años, etapa en la que  pueden sentir la necesidad de hacer, vivir, experimentar y probar, todo aquello que no han hecho, vivido, experimentado o probado. Experimentan una serie de pensamientos irreales, el  “ahora o nunca”, como si creyeran que la vida se terminara después de los 40. No hay distinción entre solteros, casados, con estudios o sin ellos, y de cualquier nivel socio-económico.  Por suerte, no todos los hombres pasan por esta crisis.

Antonio Ruiz Ortiz, psicólogo clínico y terapeuta sexual y de parejas, del Instituto de Sexualidad Humana – UASD,  dice que cuando se habla de “crisis de la mediana edad”, “andropausia” o “crisis de los 40”,  se usa para describir una etapa de cuestionamiento personal, de reflexión y de detenerse a hacer un balance de los resultados obtenidos en la vida con respecto a sus metas; y que comúnmente ocurren al alcanzar la mitad de la edad que se tiene como expectativa de vida, que en promedio, ronda alrededor de los 40 años.

Explica que en aproximadamente el 10% de los adultos, tal condición se presenta comúnmente en las personas cuya edad va de los 35 a los 50 años. Una investigación realizada en 1995 encontró que la edad promedio de activación de lo que se podría considerar como una “crisis de la mediana edad” es a los 46 años, la cual dura entre tres y 10 años.

“La característica principal de esta etapa consiste en que el hombre siente que ha pasado la etapa de su juventud y ya entra a la madurez. En ocasiones, las transiciones que se experimentan en estos años, como el envejecimiento en general, el fallecimiento de los padres o el abandono del hogar por parte de los hijos, pueden, por sí solas, disparar tal crisis.

El resultado puede reflejarse en el deseo de hacer cambios significativos en aspectos claves de la vida diaria y diversas situaciones, tales como la carrera, el matrimonio o las relaciones románticas, cambios de apariencia, comportamiento de adolescente, depresión, falta de interés en la familia, decisiones impulsivas, aumento en el consumo de alcohol, nostalgia por la juventud (querer volver a hacer cosas que hacía cuando era joven ) e infidelidades, entre otros deseos”, comenta el especialista. 

¿Afecta a todos los hombres?
Obviamente, esta crisis no afecta por igual a todas las personas, su efecto dependerá de la situación de cada individuo. En una persona que ha conseguido en mayor o menor medida los objetivos, tanto profesionales como personales, a los que aspiraba de joven, la incidencia de esta crisis será menor. 

En cambio, para personas inseguras, en donde la relación de pareja se ha vuelto rutinaria y carente de estímulos gratificantes de ocio y tiempo libre o cuando la vida del hombre está llena de excesivas responsabilidades, es mucho más pesada y difícil de superar.

El enfoque que cada persona le dé a este período de crisis podrá resultar positivo o no, de acuerdo a los cambios que decida realizar sobre sí mismo.

El solo hecho de realizar una autoevaluación de todo lo vivido hasta el momento no tiene por qué ser algo preocupante, de hecho, tal vez sería sano realizarlo en las distintas edades y etapas de la vida.

¿Es una etapa de negación? Antonio Ruiz Ortiz comenta, que “más que etapa de negación, es un tiempo de revaloración, reflexión y de cambios inesperados en el hombre.

La teoría Jungiana sostiene que la crisis de la mediana edad es clave para la individualización, un proceso de auto-actualización y auto-conciencia, que contiene muchas paradojas potenciales.

Aunque Carl Jung no describió la crisis de la mediana edad per se, la integración del pensamiento, sensaciones, sentimientos e intuición en la mediana edad que él describe podrían, al parecer, llevar a un estado de confusión sobre la forma en la que se ha vivido la vida hasta entonces y las metas que se han tenido”.

¿Puede afectar la relación de pareja?
Esta situación que vive el hombre al llegar a los 40 puede ser una oportunidad para revitalizar el amor en la pareja; sin embargo, mal afrontada, puede volverse una amenaza para la estabilidad del matrimonio, y más si la unión no ha estado pasando por sus mejores momentos”, dice Ruiz

Sostiene que el matrimonio es una unión que para permanecer estable requiere de la existencia mínima o nula de lo que conocemos como egoísmo. Dicho en otras palabras, requiere de dos, para salir a flote y mantenerse firme. Sin embargo, si una de las partes, la que sea que esté atravesando la crisis de la mediana edad, se deja llevar por esa descarga de vitalidad, seguridad y energía, va a empezar a “halar para su lado” y a perseguir sus sueños y metas inconclusas. “Al cabo de un descuido, el matrimonio estará en la cuerda floja, más rápido de lo que pudiera imaginar”, dice. l

Qué hacer

Es difícil ignorar la crisis cuando se pasa por ella, por lo que Ruiz recomienda permanecer con los pies sobre la tierra y tomar conciencia de lo que está sucediendo. Recordar que la crisis es pasajera. Reflexionar y ponderar sobre cómo se ha vivido hasta ahora. No permitir que un ataque de egoísmo arruine su vida. 

Conversar a profundidad con la pareja es importante. Ambos deben buscar el balance necesario para vivir muchos años más una vida feliz en común, de seguro lograrán enriquecer aún más la relación. Hay que darse tiempo. No es un proceso que pasa de la noche a la mañana, pero sí puede ir evolucionando de manera constructiva. Analizar la repercusión de las medidas que se van tomar. Hay que ser prudente y consecuente.

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