¡Cuidado con los tragos!

Los tragos: vino, cerveza, ron y las bebidas espirituosas son parte de la cultura de la humanidad, pero no forman parte de la nutrición, no…

Los tragos: vino, cerveza, ron y las bebidas espirituosas son parte de la cultura de la humanidad, pero no forman parte de la nutrición, no son indispensables, por eso sería insensato insinuar los tragos al que no los desea. 

El exceso de tragos, más de dos copas o dos cervecitas al día, va contra la moderación, palabra clave para la salud.  A muchos, los tragos le producen seguidillas, y una vez que comienzan a beber no saben cómo terminar hasta ver la botella vacía, y hay quienes quisieran hasta beberse la botella, se emborrachan hasta la inconsciencia.  Los que así se comportan, como los que por herencia tienen tendencia al alcoholismo, no deberían beber nunca.  Otros hacen “mala bebida”, pierden el control emocional, y por desinhibición escenifican desagradables incidentes, se vuelven violentos y pierden la prudencia.

No he olvidado nunca un artículo que leí en Selecciones en 1958 titulado: “Si necesita un trago, ¡no se lo tome!”.  Se refería a los que toman para “ahogar las penas”.  Con esto lo que hacen es agravar los problemas y caer en el alcoholismo.

El término alcoholismo se aplica no solo al que bebe tragos a diario, sino a todo aquel que tiene algún problema con el trago, aunque sea una sola copa. 

Los tragos embotan e inhiben los reflejos exponiendo a grandes riesgos de accidentes a los conductores de vehículos. 

El abuso de las bebidas alcohólicas deprime la función del corazón, es causa de alta presión en un 15% de los grupos hipertensos,  puede dañar el hígado y provocar muerte de las neuronas produciendo atrofia cerebral.

No olvide que no hay bebidas buenas o malas, lo que cuenta es la cantidad, mientras más, peor.

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