Los Dajaos, de Jarabacoa, y Blanco, de la provincia Monseñor Nouel, son dos de las 39 comunidades que por 25 años han estado bajo la sombrilla de la Fundación Falcondo, recibiendo beneficios de esa institución en distintos órdenes. En las lomas de Blanco, por más de 15 años la institución ha trabajado con la Asociación de Caficultores La Independencia, y más recientemente con la Federación de Campesinos hacia el Progreso, brindándoles a los caficultores de la región asesoría, acompañamiento y transparencia de tecnologías apropiadas, que les permitan una valorización del producto y un incremento en los ingresos de sus familias.
La directora ejecutiva de Fundación Falcondo, Arelis Rodríguez, en una visita realizada al director del periódico elCaribe, Osvaldo Santana, habló sobre el particular y sobre otros puntos en los que ha estado envuelta la institución, procurando mayor bienestar para las comunidades, especialmente donde hay carencia de recursos. Hace años, en Los Dajaos, ubicada en el corazón de la cordillera Central, en la parte alta de la cuenca del río Yaque del Norte, la economía se movía alrededor de la producción de habichuela, maíz y auyama.
En sus laderas, los conucos, itinerantes, basados en la práctica de tumba y quema, los fuegos forestales, los cultivos de escasa rentabilidad y la precariedad económica de los habitantes, daban una sensación de empobrecimiento sostenido, lo que llamó la atención de la Fundación Falcondo.
Actualmente, en la zona existen obras de infraestructura para generar energía y agua potable y para la producción agropecuaria.
En Los Dajaos, gracias al acompañamiento de Falcondo y la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña y al Laboratorio Nacional de Duquesa, cuentan hace 20 años con un laboratorio in vitro, que es el eje central de la producción de fresas en la zona. La Asociación Agrícola Los Dajaos está en capacidad de producir, con ese laboratorio, entre 800 mil y un millón de plantas de fresas al año, constituyéndose en uno de los principales proveedores de material de siembra de calidad a los productores de Constanza y del resto del país.
Rodríguez dejó claro cuál es la visión que en toda su historia ha acompañado la fundación: “Cambiar el enfoque asistencialista y centrar la atención en la creación de capacidades”. De acuerdo a datos contenidos en un compendio titulado “25 Años de Innovación y Compromiso con el Desarrollo”, en esos cinco lustros 55,000 personas han participado en programas de formación, con temas administrativos, financieros, contables, técnicos, comerciales y productivos.
En general, los aportes sociales de la Fundación Falcondo a las provincias La Vega y Monseñor Nouel totalizan unos RD$624,7 millones entre 1989 y 2014, recursos con los que han sido “tocadas” las áreas de educación, salud, medio ambiente, cultura, fortalecimiento comunitario y agricultura.
