La iniciativa de unos senadores haitianos que auspiciaron una resolución mediante la cual se emplazó al presidente Jocelerme Privert para que decretara la expulsión de los militares dominicanos que acompañaron el convoy humanitario la semana pasada, llevó a muchos dominicanos a expresar enojo y quejas de la falta de “agradecimiento” a ese lado de la isla.
Que unos senadores de Haití promovieran una resolución hostil en modo alguno representa el ánimo de la inmensa mayoría de los ciudadanos de ese país frente al gesto solidario del gobierno dominicano que envió cientos de toneladas de alimentos, materiales y equipos para atender a damnificados del huracán Matthew.
Esos senadores sólo representan un punto de vista. No a la nación haitiana que en esta coyuntura está representada por el presidente Privert, que desde su instalación ha mostrado una actitud amistosa hacia República Dominicana.
Lo que hayan hecho esos legisladores no debe conducir a reacciones airadas. La tónica la puso el presidente Danilo Medina cuando dijo que “la solidaridad con Haití no es un asunto en procura de agradecimiento o no. Es un deber humanitario”.
Es la obligación de un pueblo vecino, solidario, frente a la desgracia haitiana.
El presidente Privert hizo bien en llamar “hipócritas” a los parlamentarios que mostraron una actitud que puede ser simple politiquería en vísperas de las elecciones del 20 de noviembre.
Dado el hecho de que en forma alguna ha habido presencia militar dominicana en Haití más allá del inicial acompañamiento de la comitiva donante, obviamente la acción de los legisladores fue un despropósito que no debe inducir a reacciones fuera de tono.
Es verdad que en ocasiones grupos de poder, de la élite económica y política, alientan el antidominicanismo. Es parte de las expresiones en la isla.
Lo importante es que los dominicanos no llevamos resentimientos ni odios. Ante la tragedia, nuestra mano solidaria. Servir todas las veces que sea necesario.
Siempre habrá diferencias a ambos lados de la isla. Sólo debemos ocuparnos de los asuntos que conciernen a los intereses vitales.
Y dejar pasar…
