Un ejemplo de mujer

“¡Cuán agradecida estoy de Dios y de la vida! Te diré que, si hay algo con lo que estoy contenta y feliz, es con el regalo de mis once hijos. Grecia, no tengo una queja de ninguno (y empezó a señalarlos por sus nombres)”. Como madre, intento&#823

“¡Cuán agradecida estoy de Dios y de la vida! Te diré que, si hay algo con lo que estoy contenta y feliz, es con el regalo de mis once hijos. Grecia, no tengo una queja de ninguno (y empezó a señalarlos por sus nombres)”. Como madre, intento motivarla a hablar para ver si tenía alguna preferencia, pero insistía en decir: “Es que desde el más pequeño hasta el más grande no puedo hacer excepción, todos son muy buenos”. Esta conversación fue una llamada telefónica de larga distancia, ya que ella estaba en NY, dándose unas terapias. Continuamos conversando y yo le digo que me dé la fórmula, como psicólogo, para yo aplicarla con las familias que se acercan a mí en busca de un mejor manejo. Hace una parada y tira una carcajada.., responde: “Qué te puedo enseñar a ti que eres psicóloga y yo una simple mujer de campo”. Vuelve y ríe a carcajadas, y dice: “¡Ay mi hija!, lo único que te puedo decir es que la tolerancia, el respeto y el amor, sobre todo este último, son las tres cosas que he empleado”, sostiene con una expresión donde proyectaba mucha paz: “Si tuviera que morir en estos momentos, moriría feliz por todo lo que me han dado mis hijos, por el amor que me han ofrecido. No sabes ni tienes idea cómo me cuidan y se preocupan por mí –igual varones que hembras- (ocho hombres y tres mujeres)”. Y terminó diciéndome: “¡Ay, mi hija¡, traten de dar mucho amor, que es lo único que trae verdadera recompensa”. Y luego, entre otras cosas, nos despedimos.

Este diálogo lo sostuve, hace más o menos un mes, con esta gran mujer que siempre he puesto como ejemplo de todo aquello que había expresado y me había tocado experimentar en mi interacción con ella y su familia, ya que es también familiar cercano mío. Pareciera como si, en lo más interno de su ser, ella estuviera experimentando cercanía de su muerte, casi una conversación de despedida y de enseñanza para mí.

Hace quince días, a raíz de un derrame cerebral estando en Estados Unidos, esta misma mujer quedó en estado de coma de manera inmediata, permaneciendo en un hospital donde existían los mayores adelantos tecnológicos y médicos para este tipo de problema. A pesar de los esfuerzos, su tiempo de vida llegó al final, ya no está en este mundo con nosotros.

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