Ejercicios que entretienen

La natación, refresca y entrenaLa natación es un deporte aeróbico, moderado y continuado. Este es uno de los más aconsejados para el fortalecimiento del corazón. Porque hace que cada latido sea más potente y pueda trasladar más…

La natación, refresca y entrena

La natación es un deporte aeróbico, moderado y continuado. Este es uno de los más aconsejados para el fortalecimiento del corazón. Porque hace que cada latido sea más potente y pueda trasladar más sangre al resto del organismo. Como resultado se produce una bajada de la frecuencia cardíaca en reposo, lo que mejora la economía y la eficacia del mismo. Además de que también ayuda a que tengas unos pulmones más fuertes y saludables.

El baile fortalece los músculos

Bailar también puede ser un ejercicio, pues este (el ejercicio) no tiene por que ser una tarea aburrida ni tiene que convertirse en una obligación más. Sin importar el estilo del baile, te ayuda a fortalecer diferentes grupos de músculos mediante la práctica de movimientos repetitivos y coreografías. Esto significa que, con una práctica regular de baile, puedes desarrollar resistencia para realizar actividades físicas. También te ayuda a evitar la depresión.

Caminar relaja el cuerpo y la mente

Según estudios, los beneficios corporales de realizar una caminata diaria de 30 minutos se traducen en beneficios cardiovasculares en cuanto a una menor frecuencia de infartos de miocardio, diabetes del adulto, accidentes cerebrovasculares e hipertensión arterial.
Caminar quema calorías. El número de calorías dependerá de la intensidad de la caminata y su duración.  Además actúa como supresor moderado del apetito por la acción de la hormona de la noradrenalina. Otros beneficios son el aumento del ritmo metabólico; incrementa los niveles de adrenalina, lo cual ayuda a movilizar las células de grasa; mejora el tránsito intestinal; además de que ayuda disipar la mente, pues mientras caminas puedes distraerte con el entorno y a meditar sobre las decisiones que debes tomar, sean personales o laborales.

M otivación, esfuerzo, determinación, perseverancia, voluntad, apoyo y deseos de un cambio son algunas de las cosas que debe tener una persona fortalecidas para decidirse a “mover el bote” para perder peso. ¿Las razones? Se podrían mencionar muchas, pero la principal y la más importante de todas es: por salud.
Lamentablemente, para la mayoría, el crear una rutina de ejercicios se les hace difícil. Quizás no se sienten  cómodos en un gimnasio o les parece aburrido; otros necesitan encontrar una actividad que los apasione y que les permita levantarse de la cama; y unos cuantos, el hacer ejercicio motivados por una grabación no les es suficiente.
Entonces… ¿Qué hacer? Primero, deja de lamentarte y pon en marcha la meta (sin importar que no sea primero de enero). Luego, prueba haciendo actividades que sean divertidas y que al mismo tiempo te hagan sudar (si no hay sudor no vas a perder peso). Como por ejemplo, montar bicicleta, bailar, nadar o dar un paseo, ya sea caminando o en patines, el punto es que salgas del sedentarismo y la monotonía en el que los citadinos suelen “encerrarse”. Para que te motives, lee a continuación los beneficios de estas actividades, que además de ser recreativas, son un excelente ejercicio. l

Patinar, también es un ejercicio

El patinaje es un deporte muy completo pues ejercita el equilibrio, los reflejos y la coordinación. Según estudio realizado por la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, el patinaje ofrece resultados similares o mejores a los obtenidos al correr o andar en bicicleta, en lo que se refiere a cantidad de calorías quemadas.   Los movimientos que hagas te ayudan a mejorar la fuerza muscular y fortalecimiento de pulmones y corazón. También es una buena forma de hacer amigos.

Quemar grasa en una bicicleta

Dar un paseo en bicicleta es un deporte aeróbico que al practicarlo de forma moderada pones en marcha el consumo de otro tipo de depósitos: el de grasa. La utilización de esta grasa corporal como combustible muscular te asegura poder contar con una disponibilidad mucho más extensa de combustible. Por lo que disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en general. previene el desarrollo de hipertensión arterial y reduce los triglicéridos.

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