Un factor del que depende nuestra estabilidad emocional es la forma en cómo nos sentimos con nosotros mismos. Es por ello que, tanto hombres como mujeres, procuran mostrar sus mejores “caras” siempre, como por ejemplo vestir correctamente, oler bien, mantener una higiene óptima, ejercitarse, comer sano y estar al último “guay” de la moda.
Pero todavía hay más. La sexualidad también juega un papel preponderante, ya que a partir de ahí, el individuo afianza su identidad. A los hombres les preocupa el tamaño de sus genitales (cosa que muchos sexólogos afirman que no es importante para tener una vida sexual plena, pero ellos aún no entienden) y su desempeño; pero las mujeres no se quedan atrás, a ellas también les inquieta tener una zona íntima atractiva.
A pesar de que muchos pueden llegar a pensar que este tema preocupa más a los caballeros que a las féminas, lo cierto es que esta percepción es errónea. Según un reciente estudio realizado por el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, en los últimos cinco años se ha multiplicado el número de procedimientos quirúrgicos para embellecer el área erógena de las damas, siendo la labioplastía la más popular.
¿En qué consiste este procedimiento?
Según explica el cosmetoginecólogo Isaías Pumarol Castillo, este tipo de cirugías tiene varias vertientes que solucionan diversos problemas, pero la mayoría de las personas tienden a encasillar todos los procedimientos como “cirugías íntimas” o “rejuvenecimiento vaginal”, las cuales son un conjunto de técnicas de reconstrucciones ginecológicas y estéticas que se realizan para solucionar problemas reales, ya sean físicos o funcionales, para la satisfacción corporal y el incremento de la autoestima.
“La cosmeto-ginecología, llega para la mujer moderna que no solo busca el cuidado de su aspecto facial y corporal, sino también el de sus zonas íntimas por motivos estéticos y/o para resolver problemas de salud”, explica Pumarol Castillo.
Detalla que entre los procedimientos que existen se encuentran la labioplastías o reducción de labios menores; remozamiento vaginal o vaginoplastía; lipoescultura del área genital para moldear el montes de venus o los labios mayores; himenoplastía o reconstrucción del himen desgarrado; clitoroplastía o reconstrucción del clítoris; ampliación del punto g 0 G-SHOT, que consiste en aumentar el área (punto G) con una inyección de ácido hialurónico para contribuir a la estimulación durante el acto sexual, blanqueamiento vulvar y perianal con laser erbio-yag.
Beneficios de la cirugía
Muchos de estos trastornos genitales pasan desapercibidos, debido a la falta de orientación e información. Por ejemplo, trastorno de la estética vaginal (labios menores prominentes) en adolescentes, que podrían provocar cambios en la personalidad y autoestima; las secuelas que pueden dejar los partos vaginales, que van desde la alteración del suelo pélvico, desgarros e incontinencias urinarias, son solo algunos de los problemas que se pueden solucionar. En casos como estos, este tipo de cirugías es recomendado, pero qué pasa cuando se estima un problema más psicológico y de aceptación.
Según el estudio antes mencionado, no existen regulaciones universales sobre el tamaño o la forma que deben tener los genitales femeninos normales. Los investigadores afirman que se sabe poco sobre los efectos a largo plazo de estas operaciones y les preocupa que las mujeres no estén recibiendo suficiente apoyo psicológico antes de optar por esta cirugía. Para saber más entra a www.elcaribe.com.do