El estrés puede afectar tu organismo

Uno de los males de la sociedad moderna es el estrés, siendo la situación laboral uno de los principales desencadenantes, cuyos síntomas van desde ansiedad, mal humor, inseguridad, depresión, problemas estomacales, dolor de cabeza, mareos, taquicardia

Uno de los males de la sociedad moderna es el estrés, siendo la situación laboral uno de los principales desencadenantes, cuyos síntomas van desde ansiedad, mal humor, inseguridad, depresión, problemas estomacales, dolor de cabeza, mareos, taquicardia, tensión muscular, hiperventilación y sudoración excesiva, según detalla el psicólogo, Antonio Ruiz Ortiz. “Un profesional con estos síntomas no está enfocado, pues dichos síntomas afectan su capacidad de respuesta, además de que le afectan negativamente, tanto en las relaciones interpersonales como en el rendimiento y la productividad”, comenta Ruiz Ortiz, quien agrega que pueden inducir a la enfermedad, al absentismo laboral, al aumento de los accidentes e incluso a la incapacidad laboral.

Otras repercusiones del estrés laboral es que induce a una pérdida de producción y a crear un ambiente de trabajo cargado de negatividad. Esto, a su vez, incrementa los despidos o las renuncias (a nadie le gustaría estar en un lugar así).

“Los costes ocultos, como son la ruptura de las relaciones humanas, los juicios erróneos de la vida profesional y privada, el descenso de la productividad, el aumento de los cambios de puestos, la disminución de la creatividad, el bajo rendimiento, la agresividad en el trabajo y el empeoramiento de la calidad de vida y del bienestar son consecuencias del estrés laboral, por lo que afecta directamente, tanto al empleado como a la entidad”, agrega.

La OMS calcula que el 25% de los pacientes examinados por un médico de cabecera presentan síntomas de ansiedad y que a lo largo de la vida el 15% de la población desarrolla alguno de los trastornos relacionados con esta dolencia.

Otros factores

Pero el estrés puede tener otros factores, como por ejemplo, factores físicos (ruido, sobreesfuerzo, hacinamiento, temperaturas extremas, malas posturas, hambre, falta de sueño, etc.) y por factores emocionales y mentales (mudanzas y obras en casa, examines, problemas de pareja, desempleo, muerte o enfermedad grave de un ser querido, retos en el trabajo, discusiones laborales o familiares, competitividad, atascos de tráfico o falta de tiempo para realizar tareas y para dedicar al ocio).

¿Y cómo puede esto afectar al organismo? En muchas ocasiones, la gente suele sentirse mal físicamente hablando y no encuentra la respuesta, sin pensar que el estrés puede estar detrás de sus males.

Cuando se padece de estrés crónico el cuerpo reacciona de una manera no muy positiva. Por ejemplo, ¿sabías que el estrés produce aumento de peso? Es uno de los mayores riesgo de sufrir obesidad y sobrepeso, debido a que junto al aumento de cortisol en sangre se incrementan los niveles de hormonas que nos estimulan a comer y a comer más grasas y azúcares. Y se reducen las hormonas o péptidos que sacian.

Baja las defensas

También afecta las defensas del organismo, ya que debilita el sistema inmunológico y tenemos más riesgo de enfermar por cualquier causa, incluso, hasta se ha asociado el estrés al desarrollo de cáncer; también, existe mayor riesgo cardíaco debido a que el cortisol incrementa la presión arterial y le exige al sistema cardiovascular, pudiendo causar enfermedades.

Y como si fuera poco, aumenta el riesgo de padecer de depresión. Según estudios, el estrés constante por largo tiempo genera mal humor, un estado melancólico y baja autoestima, lo que culmina afectándonos anímicamente. Otros aspectos que se pueden ver afectados son el sueño, estreñimiento, la falta de atención y concentración.

Según Ruiz Ortiz, una de las formas de prevenir el estrés es aumentando el contacto social en las organizaciones laborales, favoreciendo la cohesión de los grupos y formando a los supervisores para que adopten una actitud de ayuda con los subordinados.

¿Cómo dejar atrás el estrés?

No hay fórmulas para curar el estrés, pero lo que sí podemos hacer es reducir las situaciones de sobrecarga. Para ello, se deben programar las actividades para evitar que se acumulen y tu salud se vea afectada. Se recomiendan algunos consejos. Por ejemplo, debes aprender a delegar responsabilidades: aprende a decir ‘no’ a aquello que no se pueda cumplir; establece prioridades, y no te preocupes de las cosas que no se pueden controlar, como por ejemplo el clima, e intenta ver los cambios como algo positivo y no como una amenaza. Pedir ayuda a los amigos o familiares y, cuando sea necesario, dirigirse a profesionales.

Los especialistas también recomiendan apoyarte en tus seres queridos. Pídeles ayuda si crees que la necesitas, y no finjas que estás bien, porque la impostura te puede provocar más ansiedad todavía.

Dato
El estrés y la depresión no solo tienen un terrible coste humano, sino también económico. El Foro Económico Mundial (FEM) ha calculado, en un estudio elaborado el año pasado junto a la Facultad de Salud Pública de Harvard, que las cinco enfermedades crónicas más frecuentes (el cáncer, la diabetes, los trastornos cardiovasculares, las enfermedades respiratorias y los trastornos mentales), supondrán un coste a nivel mundial de 47 billones de dólares durante los próximos 20 años.

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