Asunción,(EFE).- Expertos de varios países suramericanos comenzaron a debatir hoy en Asunción políticas públicas orientadas a combatir todo tipo de maltrato infantil con énfasis en la violencia que se registra en los hogares.
El Primer Encuentro Sudamericano sobre Violencia contra las Niñas, Niños y Adolescentes se celebra en seguimiento de las recomendaciones del Estudio Mundial elaborado por la organización de las Naciones Unidas en 2006.
Paulo Sergio Pinheiro, relator de Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, señaló en la apertura del acto que 22 años después de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño, la violencia «más visible e intolerable es el castigo físico en los hogares».
Por su parte, Roland Angerer, director regional de Plan Internacional, una organización no gubernamental que trabaja en favor de los derechos de la niñez, consideró que para acabar con esa forma de violencia «se requiere un fuerte compromiso de los gobiernos y la sociedad civil».
«Se calcula que en América Latina y el Caribe seis millones de niños y niñas sufren abusos graves y 80.000 niños y niñas menores de 18 años de edad mueren cada año a causa de abusos por parte de sus progenitores», detalló Angerer.
Fuentes de la organización lamentaron el poco avance registrado en la protección de los derechos de la infancia sobre todo los vinculados a la erradicación de los castigos físicos, que hasta ahora solo han sido abordados por 29 países a nivel global, tres de ellos en América Latina.
En este sentido, destacaron políticas publicas implementadas en Costa Rica, Uruguay y Venezuela, así como normativas legales en estudio en Brasil, aunque advirtieron que hay temor para legislar en favor de la infancia en algunos países.
Añadieron que en algunas sociedades prevalece la idea de que «no se puede educar un niño sin una disciplina que incluya algún tipo de violencia leve», algo que para la representante de Chile, Angélica Marín, todavía «está contemplado» en la legislación de este país.
La ecuatoriana Sara Oviedo fue menos ambiciosa e instó a ser «más objetivo en los análisis» al considerar que no se puede avanzar mucho «en economías tan pobres como las nuestras y si los niños ni siquiera pueden comer lo necesario». «Hay cientos de miles de adolescentes que no van a la (enseñanza) secundaria y eso es una forma de violencia», enfatizó Oviedo.
