César Espaillat es el actual presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz), pero en 1981 se desempeñó como “extensionista agrícola” y como tal tenía un “cara a cara” permanente con cultivadores de diversos rubros agrícolas a quienes ayudaba a lograr mejores cosechas con sus consejos.
35 años después de esa experiencia de Espaillat la figura del extensionista está en baja y si se comparan estos tiempos con épocas del pasado, son escasos los cosecheros que ven con frecuencia a un agrónomo en sus predios.
No lo ve, por ejemplo, el propio César Espaillat, quien ahora está del otro lado y cultiva plátano, yuca y arroz; tampoco lo ve Juan Bayona, un productor y dirigente agrícola de la provincia Peravia, y no lo ve Aridio Pérez, cultivador de yuca y plátano que vive en La Jina de Villa Tapia (provincia Hermanas Mirabal). A los extensionistas tampoco los ve por sus tierras Alberto Núñez, un bananero de Valverde. Cada uno de ellos se queja en este diario sobre la cuestión. Y rememoran sobre la “autoridad en conocimiento” y respeto que se les atribuía especialmente a los agrónomos, porque eran una especie de “médico de cabecera de la agricultura”.
En general, la función que desempeña un extensionista agrícola es la de intermediario entre los agricultores, por una parte, y los investigadores, abastecedores de insumos y crédito; comerciantes y otros agentes que intervienen en la agricultura. El extensionista lo que hace en esencia es llevar al productor los conocimientos y los descubrimientos de los investigadores para que éste los aplique en sus cultivos y obtenga el éxito. Y ese éxito viene dado en mejores cosechas, menos enfermedades, mayor rendimiento, menor costo de producción y mayor obtención de ganancias económicas.
Para el cumplimiento de la función, el extensionista requiere administrar flujos de información en un doble sentido, lo mismo que capacidades de comunicación y conocimientos técnicos. Frecuentemente, su principal función es estimular procesos de aprendizaje en los cuales participan tanto ellos como los agricultores. Las quejas por la ausencia de extensionistas en República Dominicana provienen de diversas actividades del ramo productivo, especialmente de quienes producen alimentos a través de las siembras. No ocurre lo mismo del lado de los ganaderos. Ahí hay menos quejas.
El dirigente ganadero Eric Rivero, quien es además presidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas, asegura que en lo concerniente a la ganadería, el extensionismo está funcionando, a través de un plan denominado “Megaleche”. “Ese programa funciona en el renglón de extensión, básicamente”, dice Rivero. Y agrega: “Tenemos un problema más allá de los extensionistas, con otras cosas que aspiramos, que son los programas sanitarios, que están medio flojos, en el tema de ganadería. Pero con el tema de extensión, Megaleche está haciendo un trabajo permanente y se mantienen varias fincas-escuelas en distintas partes del país”.
Según Rivero, en esas fincas-escuelas se muestra a la gente lo que se requiere hacer. Asegura que se hacen en combinación con Conaleche algunos talleres y cursos sobre producción primaria (calidad de leche y manejo adecuado de la leche). “En el tema ganadero sí tenemos un programa que funciona a través de la Dirección de Ganadería y algunos fondos del Conaleche”, expresa. Juan Bayona, conocido popularmente en Peravia como Ganzo, es el encargado de Mercadeo de la Federación de Campesinos Banilejos y como tal es receptor de las quejas de muchos de los productores asociados a esa institución, sobre la ausencia de lo que él llama “técnicos agrícolas”.
“Los propios productores somos quienes nos vamos diciendo uno al otro con qué sustancia matamos una plaga o eliminamos una enfermedad y es ahí cuando uno acude a la casa comercial en busca del remedio para la cosecha que sea. Diga claramente que esa crítica la hace Juan Bayona. Dígale a cualquiera que así es como estamos en Baní y la provincia Peravia”, sostiene Bayona, en conversación con este periódico. A Ganzo se le conoce como un hombre de temperamento fuerte cuando tiene que hacer alguna crítica. Y en el caso en cuestión no hace el mínimo esfuerzo por esconderlo.
“Aquí los técnicos que hay casi nunca se te acercan y cuando lo hacen, es para recomendarte comprar productos de casas comerciales que les dan ganancias y beneficios a ellos. En ese caso, lo que hacen ellos es buscarse un tres por ciento, o un qué sé yo cuánto, que le dan los negocios que ellos nos recomiendan. No van donde nosotros los productores a nada, a nada”, dice el dirigente agrícola. La propuesta para el desarrollo integral del sector agropecuario, elaborada y presentada recientemente por el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Coniaf) en su página 86 se refiere a la necesidad de fortalecer el servicio de extensión en la zona rural.
