Grupo SIN aclara cancelación de periodistas no fue por presiones políticas

El Grupo SIN rechazó este lunes se haya debido a presiones del poder político la salida de la empresa de los periodistas Marino Zapete y Edith Febles, quienes conducían el programa “El Despertador.

El Grupo SIN rechazó este lunes se haya debido a presiones del poder político la salida de la empresa de los periodistas Marino Zapete y Edith Febles, quienes conducían el programa “El Despertador.

El presidente de la empresa, Fernando Hasbún, dijo que obedeció estrictamente a razones de sostenibilidad financiera y de reenfoque del espacio televisivo que en nada cambiará su actual amplitud y libertad editorial.

Hasbún respondió en estos términos mediante un comunicado en el portal de la empresa, luego de que Zapete anunciara esta mañana que esta será la última semana de él Febles en el “El Despertador”,  luego de que SIN los despidiera y dijo atribuyó su salida del aire a presiones “del poder”. Dijo, asimismo, que el estilo periodístico de ellos (en alusión a él y a Edith Febles) «no encaja en el negocio».

A continuación la comunicación íntegra del Grupo SIN:

El Grupo SIN negó que la salida de los reputados periodistas Marino Zapete y Edith Febles del matutino El Despertador se haya debido a presiones del poder político, al precisar que obedeció estrictamente a razones de sostenibilidad financiera y de reenfoque del espacio televisivo que en nada cambiará su actual amplitud y libertad editorial.
El presidente de la empresa, Fernando Hasbún, afirmó que SIN “no ha recibido ni acepta presiones ni condicionamientos de ninguna índole, provengan del sector oficial o privado, porque sería traicionar su invariable compromiso de informar al país y los ciudadanos de todos los temas de interés general”.
“Los primeros que saben eso y que pueden dar testimonio al respecto son esos destacados comunicadores, ya que como ellos admiten, nunca se les trazó pautas ni se les puso obstáculos de ningún género para que ejercieran un periodismo de opinión absolutamente libre e independiente como a ellos les caracteriza y que la gente valora y aprecia”.

Dijo que esa línea editorial, comprometida siempre con lo que el público debe conocer y saber, sin importar a quien moleste o perjudique se mantiene invariable e invitó a los miles de seguidores de El despertador a permanecer atentos al espacio en su nueva etapa para que comprueben si bajarán la guardia como garantes e intérpretes del sentimiento y las expectativas de la gente, especialmente de los débiles, los pobres y los que se sienten oprimidos”.

Hasbún lamentó la partida de Zapete y Febles, “quienes durante siete años estuvieron frente a El Despertador haciendo un periodismo profesional, respetable, sin cortapisas ni restricciones de parte del Grupo SIN, sin importar temas, personajes o coyunturas en la vida social, económica o política de la nación”.

“El replanteamiento de productos y servicios es un ejercicio común y cotidiano en todas las empresas privadas cuando los resultados financieros no están acordes con las expectativas  y  se demandan costos razonables, sin los cuales ningún medio o programa puede subsistir”, dijo Hasbún.

Asimismo, dijo que “la prueba inequívoca de que esta ha sido la razón de la medida se explica en el contexto de lo que ha pasado con medios de comunicación como Ultima Hora, El Expreso y la revista La Lupa, que era parte del Grupo SIN y que tuvo que salir de circulación por razones financieras, permaneciendo hasta su último número comprometida con un periodismo crítico, plural e independiente”. Agregó que en el caso de El Despertador “lo que se busca precisamente es la rentabilidad para preservar ese importante espacio de orientación, a fin de que siga contribuyendo a la libertad y la democracia del pueblo dominicano”.

Sostuvo que la historia del Grupo SIN está indeleblemente escrita en una década de servicios informativos y de investigación periodística a la sociedad dominicana, basados en la difusión de los hechos tal y como acontecen, dando cabida al libre juego de las ideas y respetando los puntos de vista antagónicos sin exclusión alguna.

Finalmente y para la debida edificación de la opinión pública, Hasbún señaló que las empresas periodísticas tienen la obligación –como cualquier otra empresa que pretenda sobrevivir en el mercado- de ser competitivas y rentables para poder sostener la libertad y la independencia.

 

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