De los estrenos teatrales que se le han realizado a su obra “Olivia y Eugenio”, el escritor Herbert Morote (1935, Pimentel, Perú) ha asistido a tres de ellos. En esta ocasión, el largo viaje de Madrid a Santo Domingo ha tenido una recompensa para este reconocido intelectual peruano, pues se ha encontrado con una puesta en escena de altura que dimensiona su obra. “He conocido a tres actrices que han hecho esta obra, y creo que Cecilia García está a la altura de cualquiera. Está a un nivel estupendo”, afirmó Morote durante un brindis en el bar del Teatro Nacional al final de la premier que se realizó en la sala Ravelo.
“Olivia y Eugenio” ya se ha presentado con éxito en Perú, protagonizada por la actriz Yvonne Frayssinet, y en España nada más y nada menos que por la reconocida actriz, cantante, bailarina y presentadora de televisión Concha Velasco.
Se trata de una estupenda obra, donde madre e hijo enfrentan una situación extrema y donde se cuestionan valores que surgen en tiempo de crisis. La tragedia se acerca irremediablemente a Olivia, una propietaria de una galería de arte que padece un cáncer, y en el transcurso de sus últimos días rememora su pasado haciendo un sincero ajuste de cuentas con su marido drogadicto y alcohólico, madre, amistades, médicos, y con todos aquellos que presumen de ser normales, como políticos, profesionales y deportistas con éxito. Sobre ellos, Olivia cuestiona si son más normales que su hijo Eugenio, un joven con síndrome de Down.
Los temas que utiliza el autor para su literatura es una protesta de muchas cosas que lo sitúan como un escritor “inconforme”. Critica la discriminación en todas sus formas.
“¿Quién es normal? ¿Un corrupto es normal, un pederasta es normal… por qué estos chicos se les trata de anormales, porque son chicos del más dulce corazón? Pero en la sociedad es igual, no solo en los chicos con síndrome de Down. Hay un desprecio hacia muchas gentes que no son como nosotros exactamente, sea por el color, por la raza, por la parte intelectual, pero que son más normales en muchas cosas….”, expresa Morote.
Para el buen ánimo del escritor y de las decenas de personalidades que asistieron a la función especial de “Olivia y Eugenio”, Cecilia ha entregado un personaje con rigor, interioriza en sus secretos actorales para vestirse con un papel directo y sin complicaciones.
La complicidad que logra con el actor con síndrome de Down, Jochy Gil Ostreicher, es una conquista tierna y dramática en cada minuto, pero sin ser aburrida, pues el texto tiene un ingrediente de humor fino.
Son 90 minutos intensos, y aunque parecería que es mucho tiempo, la puesta en escena es ligera, y con una carga aleccionadora interesante que mantiene al espectador atendiendo a cada detalle de las conversaciones.
Cecilia García vuelve a dejar su huella de intérprete desbordante en una obra tan profunda, aleccionadora, llena de esperanza, de amor y ternura.
“Es una obra maravillosa, muy humana, de gran calidad, es un gran reto y una muy buena inclusión de los derechos por la igualdad y para nosotros es un gran honor poder hacer esta obra y contar con todo el apoyo de su autor, el señor Herbert Morote”, afirma Cecilia, quien en esta ocasión vuelve a la escena teatral formando ese “gran binomio” con el director Carlos Espinal.
Contrario a lo que ha ocurrido en otras tablas teatrales de Perú y España, el actor Jochy Gil Ostreicher se planta sin sustituto en el escenario dominicano y logra transmitir su sentido actoral. Su actuación es tierna y maravillosa, una conquista para Carlos Espinal.
Se deja llevar con entusiasmo y aunque no lo parezca, Cecilia García se mantiene atenta a él y trata de llevarlo lo más natural posible.
Hay momentos que se interiorizan con un carácter que conmueve al público. Muchas frases claves le dan fortaleza a esta penetrante obra de amor, donde las ganas de vivir lo cambia todo.
