Huchi Lora y el director de cine Félix Limardo, a propósito del exitoso estreno de El teniente Amado, saborearon un poco el agridulce sabor del brazo ultranacionalista que todavía se manifiesta en algunos sectores –del sector artístico, la mayoría– que ven con muy malos ojos cuando un talento extranjero es contratado para desempeñar alguna labor en el país.
Al “caso Amaury Nolasco” le antecedió el fichaje del venezolano Daniel Sarcos, figura principal de “Aquí se habla español”, para presentar los Premios Soberano de este año, rol que en buena medida hizo con la capacidad y el talento que tiene el también actor. Nolasco, hijo de padres domínico-boricuas, es el protagonista de este biopic que en su elenco también tiene a otras figuras extranjeras. Podría uno criticar su nivel de interpretación, si bes bueno, malo, excelente, mediocre, cualquiera que fuera su desempeño, más no creo que debemos rechazarles por su nacionalidad.
Escribimos sobre el tema cuando saltó al ruedo el tópico que involucraba a Sarcos con Premios Soberano, rol que realizó junto al insuperable Fausto Mata. Y no son extranjeros Roberto Cavada, Alicia Ortega (hija de padres cubanos y colombianos, nacida en Dallas, Texas), Pinky Pintor (español), Carmen Elena Manrique, quienes fueron acogidos por la hospitalidad del dominicano. Y no están poniendo en alto, fuera de aquí, la bandera dominicana, Zoé Saldaña, Manny Pérez, Oscar de la Renta y muchísimos otros más.
Amaury Nolasco es un actor latino que ha tenido papeles relevantes en series de televisión (“ER”, “Eve”, “CSI: NY”), pero también en el cine (2 Fast 2 Furious, Max Payne, Street Kings o Transformers), con unos registros muy por encima de la mayoría de los actores dominicanos que están haciendo cine en estos tiempos. Aquí tenemos actores/actrices del teatro que pueden desdoblarse con efectividad cuando hacen cine, pero no es lo que predomina. Criticar a los que vienen por el simple hecho de su extranjería, es una actitud intolerante que no nos luce porque somos de los que, con frecuencia, emigramos en busca del sueño globalizado.
