La miastenia o fatiga muscular

La miastenia puede aparecer  en individuos de cualquier edad y condición. La caída de uno o  de los dos párpados, debilidad muscular y  dificultad para tragar son de las primeras manifestaciones de la enfermedad.

La miastenia puede aparecer  en individuos de cualquier edad y condición. La caída de uno o  de los dos párpados, debilidad muscular y  dificultad para tragar son de las primeras manifestaciones de la enfermedad. El grado de la debilidad muscular de la miastenia varía substancialmente entre los pacientes, pudiendo manifestarse desde una forma localizada, limitada a los músculos oculares (miastenia ocular), hasta una forma grave o generalizada en la cual se afectan muchos músculos, incluyendo a veces los que controlan la respiración.

Las manifestaciones de esta enfermeda, dependiendo el nivel de gravedad, también incluyen  visión nublada o doble (diplopia), a consecuencia de la debilidad de los músculos que controlan los movimientos oculares; marcha inestable o irregular, debilidad en los brazos, las manos, los dedos, las piernas y el cuello, además  de un cambio en la expresión facial, dificultad para respirar y trastornos en el habla (disartria).

La gravedad de la miastenia alcanza su grado máximo cuando los músculos de la respiración se ven involucrados en el proceso. Si el paciente presenta dificultad para toser y respirar se dice que la enfermedad es de tipo respiratorio.

La afectación respiratoria precisa un ingreso hospitalario urgente, con asistencia respiratoria mecánica. Esto se denomina “crisis miasténica.

La doctora Adalgisa Corona, especialista de la Fundación Centro Láser, explica que los pacientes con esta condición, ven su estado emocional afectado, sufren cambios de temperatura en distintos momentos del día, el calor los afecta más que el frío y la fatiga aumenta con el día. “En las mujeres, la enfermedad, además, puede variar con el período del ciclo menstrual”, sostiene.

De acuerdo con los expertos, generalmente, la implicación y severidad de la debilidad muscular pueden fluctuar de acuerdo a la temporada, en especial en primavera y otoño, y también de hora en hora y de un día a otro. El paciente no tratado puede sentirse fuerte al despertar, después del descanso de la noche o la siesta, pero experimentará fatiga muscular creciente a medida que el día avance.

La miastenia puede adquirir un grado importante de gravedad si no se trata a tiempo, pero, por lo general, con tratamiento adecuado el enfermo puede llevar una vida casi normal. No se conoce una cura para la miastenia ocular grave y es una enfermedad con remisiones y exacerbaciones (mejora y empeora), pero puede ser mantenida a nivel de los párpados y tener períodos prolongados sin síntomas, mediante el uso de medicamentos. Incluso, expone Corona, han sido observados casos de niños y niñas en los que la enfermedad remite o desaparece.

Cómo se trata
“Si se mantiene como miastenia ocular, debe ser tratada por un neuroftalmólogo; pero, si evoluciona hacia la miastenia generalizada, el paciente debe ser manejado por un neurólogo clínico”, dice la experta
Algunos medicamentos pueden agravar los síntomas y otros ocasionarlos, como los aminoglucósidos, los cuales pueden provocar un síndrome miasténico sin que se trate de la enfermedad como tal, subraya la especialista de Centro Láser.

Para confirmar o descartar el diagnóstico de miastenia ocular grave o en manifestaciones leves, urge  la visita al neuroftalmólogo inmediatamente es detectado algún grado de parálisis en los párpados, concluye Corona.

Los expertos sostienen que el primer paso para conseguir un tratamiento efectivo en la miastenia es un diagnóstico exacto. El dato más concluyente es la presencia de anticuerpos receptores de acetilcolina en la sangre del paciente; sin embargo, no hay que olvidar que en algunos pacientes los anticuerpos pueden ser negativos. La visión doble y la caída de párpados podrían llevar al médico a sospechar el diagnóstico de miastenia.

La debilidad de los músculos que controlan los movimientos de los ojos y párpados está generalmente ausente en muchas enfermedades neuromusculares, pero es un síntoma común y temprano de la miastenia.

Muchos especialistas llaman a la miastenia “la gran simuladora”, porque sus síntomas pueden parecerse a los de otras enfermedades neurológicas, por lo que el diagnóstico diferencial no resulta fácil para el especialista.

Actualmente, la miastenia puede ser controlada.  Gracias al desarrollo de la ciencia  existen varias terapias  para ayudar a reducir y mejorar la debilidad muscular. Los medicamentos utilizados para tratar el trastorno incluyen los agentes anticolinesterasa, tales como la neostigmina y piridostigmina, que ayudan a mejorar la transmisión neuromuscular y a aumentar la fuerza muscular. Drogas inmunosupresoras tales como la prednisona, la ciclosporina y la azatioprina también pueden ser utilizadas.

Estos medicamentos mejoran la fuerza muscular suprimiendo la producción de anticuerpos anormales. Deben ser utilizadas con un seguimiento médico cuidadoso porque pueden causar efectos secundarios importantes.

Con tratamiento, la perspectiva para la mayoría de los pacientes con miastenia  es alentadora: la debilidad muscular tiende a mejorar significativamente y los pacientes pueden esperar llevar vidas normales o casi normales.

Algunos casos de miastenia gravepueden alcanzar una remisión (curación) temporal y la debilidad muscular podría desaparecer totalmente, eliminando así los medicamentos.

Afecta el sistema inmunológico

La doctora corona explica  que la miastenia es una enfermedad de la membrana neuromuscular en la que el sistema inmunológico ataca por error al tejido sano, creando anticuerpos contra los receptores de la acetilcolina, un neurotransmisor utilizado para contraer los músculos.

Al activarse el sistema inmunológico se producen anticuerpos que se alojan en los receptores de las fibras musculares y bloquean las señales de la contracción muscular. De ahí que el párpado se cae sin poderlo controlar, comenta Corona.

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