El ministro de Energía y Minas consideró que República Dominicana acusa una seria vulnerabilidad energética y que el Estado ganaría mucho asumiendo un enfoque de seguridad en esa área que tenga como objetivo estratégico, reducir la dependencia al combustible fósil importado.
Pelegrín Castillo Semán entiende que esa seguridad energética puede conseguirse a través de una activa política de exploración de hidrocarburos en tierra y mar, si es que el Estado no puede asegurar la autosuficiencia.
El funcionario consideró que se debe avanzar hacia la configuración de una matriz energética nacional más diversificada, tanto en relación a los combustibles que la conforman, como a la variedad y estabilidad de sus suministros, y a la flexibilidad de las tecnologías.
Al participar en el conversatorio “Desafíos para el Desarrollo del Gas Natural en la Republica Dominicana”, organizado por la Mesa Redonda de los Países de la Mancomunidad, Castillo Semán afirmó que la acción del Estado para promover el gas natural puede ser amplia, y debe ir más allá de los tradicionales estímulos de una “generosa política de exenciones tributarias” que no podrá sostenerse en el tiempo.
“La manifiesta debilidad del Estado para cumplir con su rol regulador de los servicios públicos esenciales en este y otros casos, ha tenido un altísimo costo para las finanzas públicas, ha ralentizado el desarrollo de sectores de la economía, ha excluido regiones del alcance de las políticas públicas, y ha reforzado tendencias oligopólicas indeseables”, dijo.
Sin embargo, entiende que es un hecho incuestionable que República Dominicana ha avanzado desde el 2002 en la incorporación del Gas Natural, resaltando las inversiones realizadas en las construcciones de terminales y contratos de suministro.
Pese a los avances que –asegura- se han alcanzado, entiende que las grandes expectativas que se generaron en relación a una expansión rápida y sostenida del gas natural se han visto contenidas, y que han sido incluso fuente de cierto nivel de frustración, en lo que concierne a la dinámica del gas natural vehicular e industrial, así como por el retraso de la conversión a gas de la célebre planta Cogentrix en San Pedro de Macorís.
“Es necesario destacar que la vulnerabilidad energética de la República se expresa también en una peligrosa e irracional concentración de infraestructuras energéticas en la línea de su costa Sur comprendida entre San Pedro de Macorís y la Bahía de Ocoa, tendencia que se ha impuesto a contrapelo de las recomendaciones de expertos y de lineamientos de políticas que se formularon hace más de 30 años”, aseguró.
