El conflicto entre el Ministerio de Salud Pública-MSP- y el Colegio Médico Dominicano-CMD- resultado, entre otros, de los reclamos por mejoría salarial, debería ser transformado en una gran oportunidad para iniciar la verdadera superación de la profunda crisis del sector salud.Trasciende a los actores. Es una tarea central del Estado y de toda la sociedad dominicana. No es exagerado afirmar que se está dejando morir a la gente. Los casos del héroe nacional Claudio Caamaño, del ingeniero Daniel Comarazamy y del profesor José Soler, son sólo una muestra de los grandes e inadmisibles riesgos a que se expone constantemente la población.
Más que una solución coyuntural a partir de los temas de salarios y horarios, deberían de orientarse los esfuerzos hacia el diseño y puesta en ejecución de un Plan Maestro para el Desarrollo del Sector Salud en la República Dominicana. El problema salarial y de horarios puede ser considerado como un primer punto de avenencia; pero el momento histórico exige trascender la coyuntura. Existe además un excelente instrumento gerencial como antecedente inmediato que nunca fue implementado pero que en esta oportunidad puede ahorrar esfuerzos técnicos-gerenciales, se trata del Plan Decenal de Salud, PLANDES 2006- 2015.
Existen aspectos fundamentales en la superación de la profunda crisis del sector salud claramente identificados: primer nivel de atención dentro del enfoque integral y efectivo de los cuatro niveles de atención; la definitiva pero efectiva separación de funciones del Ministerio de Salud en cuanto a prestación de servicios, rectoría del sistema, control y regulación; así como un gradual pero sostenido incremento de la inversión del Estado en la salud que tenga por meta el 5% del Producto Interno Bruto-PIB-. A los temas anteriores hay que agregar un importante componente que ha de introducir la impostergable equidad en el sistema de salud; se trata de que a los afiliados al Régimen Subsidiado se les permita la libertad de elección, lo que quiere decir que con el financiamiento del Estado puedan acudir a cualquier centro de salud privado. Eso último al mismo tiempo permitiría respaldar e impulsar a un sector privado que ha hecho grandes y riesgosas inversiones en la salud y ante el cual el Estado puede encontrar, con transparencia, muy buenos aliados y que les eviten o mitiguen los grandes recursos financieros requeridos para la construcción de hospitales; pero al mismo tiempo le quita presión a los servicios públicos contribuyendo con su reorganización.
Veamos la crisis en el Sector Salud como la oportunidad para dar el gran salto. El país lo necesita y es tiempo de reclamarlo enérgicamente.
